Este artículo se publicó hace 15 años.
Uno de los ayatolá iraníes más influyentes pide la "reconciliación nacional"
El gran ayatolá Naser Makarem Shirazi, uno de los clérigos más importantes e influyentes del chiismo iraní, ha instado a los dirigentes de su país a buscar la "reconciliación nacional" y a evitar políticas que pongan en riesgo la cohesión de la República Islámica.
"Hay que hacer algo para evitar que queden rescoldos debajo de las cenizas y garantizar que la hostilidad, el antagonismo y las rivalidad se transformen en amistad y cooperación entre la facciones", afirmó.
"Hay que trabajar en favor del futuro del país. Se debe encontrar una solución que permita la reconciliación nacional", sugirió en un comunicado colgado en su página web.
Desde que se conociera la victoria del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, en las controvertidas elecciones del pasado 12 de junio, Irán es escenario de protestas y de una violenta represión en la que han muerto al menos una veintena de personas y centenares han sido detenidas.
El resultado electoral, que la oposición denuncia cono fraudulento, ha destapado las disensiones que existe entre la clase clerical en la opaca cúpula del régimen teocrático iraní y ha causado las mayores protestas callejeras en treinta años de revolución islámica.
A este respecto, Makram Shirazi advirtió de que no se deben adoptar decisiones que pongan en riesgo el futuro de la República Islámica de Irán.
"Acontecimientos extremadamente dolorosos han ocurrido durante los días que han seguido a las elecciones presidenciales, y una cierta política aventurera ha tratado de aprovecharse de las disputas entre candidatos", afirmó.
"Han causado gran pesar en todos lo iraníes fieles al sistema y a la revolución, y han agradado a los enemigos", agregó el octagenario clérigo, una de las mayores eminencias de la ciudad santa de Qom, cuna del pensamiento chií.
"En estas circunstancias, tanto los amigos como los enemigos observan la situación del país, por eso debemos mantener la calma y no permitir aventuras que perturben la paz social y atenten contra la propiedad privada", prosiguió.
"Como ha dicho muestro líder supremo, ayatolá Ali Jameneí, todo debe solucionarse a través de vías legales", apostilló.
Mientras los clérigos mantienen su pulso político, la represión de los miembros de la oposición vive cada día nuevos capítulos.
La prensa iraní informa hoy de que Abul Fazl Fateh, director del comité de información del líder opositor Mir Husein Musaví, ha recibido la prohibición de salir del país.
Según la agencia de noticias Fars, la Policía quiere aclarar cuál ha sido su papel de Fateh en los disturbios que desde hace dos semanas sacuden el país y en la organización de "reuniones ilegales".
Esta semana, la Policía iraní detuvo a una veintena de personas, en su mayoría periodistas, en la sede del diario Kalameh, cercano a Musaví, a los que acusó de organizar las revueltas en conexión con agentes extranjeros.
Por su parte, el Ministro iraní de Ciencias, Investigación y Tecnología, Mohamad Mehdi Zahedi, ha anunciado que su país pondrá en marcha una investigación para esclarecer un brutal ataque contra residencias universitarias.
Según los propios estudiantes, en los primeros días de revuelta, fuerzas antidisturbios y milicianos islámicos "Basij" irrumpieron en los dormitorios de Teherán, donde mataron a un número indeterminado de personas.
Las autoridades iraníes han negado las muertes, pero han admitido que se produjeron violentos ataques que causaron heridas graves a varios estudiantes.
"Una comisión investigará los violentos ataques, que causaron heridas de gravedad a numerosos estudiantes y destrozos en la propiedad universitaria", dijo Zahedi, a quien cita la televisión estatal.
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