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La ayuda internacional comienza a llegar de manera más fluida pese a las trabas

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La ayuda internacional comenzó hoy a llegar de manera más fluida a Birmania, aunque la Junta Militar sigue vetando la entrada al país de los cooperantes extranjeros y reparte con su propio criterio el material donado.

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Con las carreteras ya despejadas de escombros y árboles caídos, decenas de camiones cargados con material de emergencia para los damnificados arribaron a la región del delta del río Irrawaddy, la más afectada por el ciclón que asoló el pasado sábado el sur de Birmania.

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El régimen permitió la distribución de las 38 toneladas de galletas energéticas que confiscó el viernes al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas, y la Federación Internacional de la Cruz Roja informó de la llegada a Rangún de un avión cargado con 35 toneladas de material de emergencia.

Varias organizaciones internacionales han denunciado las trabas que las autoridades birmanas ponen para conceder visados a su personal, pues el régimen dice que no necesita a los cooperantes extranjeros.

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Pese a ello, el Gobierno australiano comprometió hoy 24 millones de dólares adicionales para los damnificados, que repartirá a partes iguales entre el fondo de emergencia de Naciones Unidas y un grupo de organizaciones no gubernamentales.

Al menos 178 millones de dólares son necesarios para atender al millón y medio de afectados durante los próximos tres meses, según los cálculos de la ONU.

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El ministro de Asuntos Exteriores australiano, Stephen Smith recomendó al régimen birmano que levante sus restricciones a la entrada de cooperantes extranjeros, pues de ceder en su actual postura, las víctimas podrán recibir mucha más asistencia de la comunidad internacional.

Por ahora, el PMA y la ONG australiana World Vision han recibido el visto bueno de las autoridades birmanas para que entren en el país algunos de sus trabajadores.

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Por otra parte, la organización de ayuda contra la pobreza Oxfam Internacional advirtió de que las vidas del millón y medio de personas sin hogar corren serio peligro por las enfermedades si no reciben de manera urgente atención médica y agua potable.

El grupo señaló que se dan "todos los factores" para que se produzca una auténtica catástrofe sanitaria y pronosticó que los muertos aumentarán por encima de los cien miel y, de no poner remedio las autoridades a la actual situación, se multiplicarán por 15 en los próximos meses.

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Mientras tanto, en el delta del Irrawaddy el panorama es desolador, según los testigos, que relatan escenas de cuerpos de seres humanos y animales amontonados todavía en los manglares y decenas de miles de personas vagando por las carreteras con sus enseres en carritos

Hasta el momento, la Junta Militar admite más de 23.000 víctimas mortales, unos 37.000 desaparecidos y millón y medio de desplazados en el sur del país, de los que 206.000 se hallan en destartalados campos de refugiados.

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Sin embargo, el último informe de la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de la ONU eleva la cifra a entre 63.000 y 102.000 fallecidos, otras 220.000 en paradero desconocido y casi dos millones de personas sin hogar.

El Gobierno, a través de su poderoso aparato de propaganda, sigue ocultando a la población la auténtica magnitud del desastre.

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Los medios de comunicación, controlados por el Ministerio de Información y Censura de la Prensa, según su denominación oficial, sólo difunden imágenes del líder del régimen, Than Shwe, y otros generales dando ayuda a los damnificados.

No muestran ni mencionan las numerosos cadáveres que flotan en el delta.

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