Este artículo se publicó hace 17 años.
El Ayuntamiento de Madrid mantiene la reforma del Eje Prado-Recoletos
El Ayuntamiento de Madrid "sigue adelante" con el proyecto de reforma del eje Prado-Recoletos y espera las alegaciones, y sobre todo las alternativas, que presente la Fundación Thyssen y el resto de instituciones, aunque descarta de entrada, por "imposible", el túnel que le ha sugerido la Comunidad.
En rueda de prensa tras la reunión semanal del Gobierno municipal, el vicealcalde, Manuel Cobo, no ha querido pronunciarse sobre la amenaza de la baronesa Thyssen, Carmen Cervera, de llevarse el Museo a otro lugar de Madrid con menos tráfico si el proyecto se mantiene y se ha limitado a recordar que ahora se abrirá un periodo de alegaciones de dos meses.
En este plazo, ha dicho, el Ayuntamiento de Madrid "está abierto" y "quiere saber" las sugerencias y las alternativas "concretas y viables" de la Fundación Thyssen y del resto de administraciones, instituciones y ciudadanos que deseen pronunciarse, porque antes de eso todo lo que se está diciendo "puede ser ruido".
Sí ha indicado que la razón "fundamental" esgrimida hasta ahora por la baronesa Thyssen y la oposición municipal para oponerse al proyecto, la tala de árboles, "ya no existe hoy" tras los cambios introducidos por el equipo del arquitecto portugués Alvaro Siza, y eso "debería dar satisfacción a muchas personas" cuyo rechazo "hoy ya no tendría sentido".
Además ha recordado que el proyecto actual contó desde el principio con el apoyo de todo el consistorio de la capital, que lo votó de forma unánime, y, por el hecho de formar parte del programa electoral, también del PP que lo aceptó y de los electores que lo votaron en las elecciones municipales de mayo de este año.
Respecto a una de esas posibles alternativas, el túnel sugerido como solución por el consejero madrileño de Transportes, Manuel Lamela, el vicealcalde ha señalado que ya fue descartado por el Ayuntamiento antes de que el actual equipo de Alberto Ruiz-Gallardón llegara en 2003.
Si se construyera con pantallas -excavar no demasiado profundo, construir las paredes y luego cubrirlo- la obra afectaría de nuevo al arbolado de una manera "muy significativa", aunque el Ayuntamiento no ha cuantificado el número de árboles que resultarían dañados.
Además, el túnel se encontraría con el de Renfe Atocha-Chamartín, con los grandes colectores que recorren la vaguada de La Castellana y con las líneas 1, 2 y 4 de Metro que cruzan transversalmente la zona en las plazas de Atocha, Cibeles y Colón a una profundidad de sólo entre 1 y 2 metros.
También podría entrar en conflicto con las instalaciones subterráneas del Ministerio de Defensa y del Banco de España, "cuyo alcance efectivo se desconoce pero ya generaron la preocupación de estos organismos cuando a finales de los años 90 se planteaba la posibilidad de un túnel", ha explicado Cobo.
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