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Pocos ayuntamientos se atreven a preguntar

Las consultas dirimen desde los nombres de las calles hasta la gestión del agua

MARTA HUALDE

La consulta ciudadana más recurrente entre los ayuntamientos es la de cambios de nombre de las calles o cuestiones urbanísticas. Pero algunos llegan a recabar la opinión de sus ciudadanos sobre temas diversos.

Entre los pocos consistorios que deciden preguntar al pueblo está el de Almuñécar (Granada), que realizará un referéndum sobre su Plan General de Ordenación Urbanística. Ni la Junta de Andalucía ni el Gobierno lo veían con buenos ojos. Sólo ha sido posible gracias al aval del Supremo, que en octubre emitió un fallo declarando nulo el acuerdo del Consejo de Ministros que negó esta consulta.

Al igual que el consistorio del municipio granadino, el Ayuntamiento de Eibar consultará a los vecinos el próximo domingo sobre el cambio de nombre a la calle Paziano Arosa, que podría recuperar la denominación de San Cristóbal, vigente hasta 1979.

En Úbeda (Jaén), IU y PSOE acordaron preguntar a los ciudadanos sobre si prefieren una gestión del agua privada o pública, de cara al vencimiento en 2010 del contrato con la empresa que gestiona este servicio.
Más llamativo resulta el referéndum convocado en Murieta (Navarra) para elegir una comisión gestora de gobierno, al no presentarse ninguna candidatura en las elecciones municipales.

Pero, ¿se tiene en cuenta el resultado? El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido hacer una encuesta popular sobre la transformación de la avenida Diagonal en un paseo. Lo pidió ERC en un Pleno municipal, pero no se concretará hasta enero. El primer teniente de alcalde de la ciudad, Carles Martí, ya ha asegurado que no será vinculante.

En Miranda (Burgos), los vecinos dieron un no rotundo a las centrales térmicas, pero los proyectos siguen en pie y las empresas no han cejado en sus intenciones.

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