El consejero vasco de Interior, Javier Balza, ha afirmado hoy que su departamento y el Ministerio de Interior se han comprometido a "analizar caso a caso, personalmente, las necesidades de seguridad de todas las personas que están alrededor" de la construcción del Tren de Alta Velocidad (TAV) en el País Vasco.

"Atenderemos a directivos, empresarios, trabajadores y a la propia infraestructura", ha precisado Balza en una entrevista en ETB, recogida por Efe, en la que se ha referido a los resultados de la reunión que mantuvieron ayer en Bilbao representantes de los gobiernos central y vasco con los empresarios del TAV para reforzar la seguridad tras el asesinato de Ignacio Uria.

Otro "compromiso" alcanzado ayer se concreta en que las instituciones quieren servir de "plataforma" para mantener el apoyo social tanto al proyecto ferroviario como a los empresarios y trabajadores, porque dichos empresarios, ha dicho, "desean mantener la obra, pero sintiendo el amparo social y la seguridad".

El encuentro de ayer, según ha explicado Balza, le produjo le doble sensación de "satisfacción e insatisfacción", ya que dio una respuesta "clara y unitaria" por parte de las Administraciones, pero dicha respuesta fue consecuencia de un asesinato.

"Nos enfrentamos a un problema duro y difícil -ha destacado- y esto no se arregla con una reunión".

Respecto a la situación en que se encuentra ETA tras la reciente detención de parte de su cúpula, Balza ha indicado que "los constantes arrestos pueden hacer pensar que esto no se va acabar nunca, pero hay que tener perspectiva histórica y ver que la ETA actual no tienen nada que ver con la de hace cinco o diez años".

También ha aludido al acercamiento de un grupo de presos de ETA a cárceles próximas al País Vasco y ha dicho que "al Gobierno vasco no le gusta cómo se gestiona la política penitenciaria, que, según el Estatuto de Autonomía, deberíamos gestionar nosotros".