Este artículo se publicó hace 12 años.
La banca se hincha de deuda a más del 3,5% con dinero al 1% del BCE
El Tesoro adjudica 10.000 millones de euros, el doble de lo previsto, mientras la demanda se dispara hasta 18.700 millones
Hoy tuvo lugar la primera subasta de deuda pública española del año. Día grande de los traductores oficiales de lo que dice el mercado. La banca, dopada con medio billón de euros que le prestó en diciembre el Banco Central Europeo (que no tendrá que devolver en tres años), se volvió loca. Pidió 18.702 millones de euros en bonos al Tesoro español, casi el 22% de lo que España prevé colocar en todo 2012 en títulos a medio y largo plazo. Se le adjudicaron 9.986 millones, la mitad de lo demandado pero el doble de lo previsto. La rentabilidad exigida fue muy inferior a la de la última subasta del mismo tipo de títulos. Alegría en los mercados, prima abajo, Bolsa arriba (aunque el Ibex se fue desinflando y cerró plano).
La banca dice dónde está el bien y dónde el mal. Si compra deuda pública en gran cantidad y barato (eufemismo en Europa de menos caro que las últimas veces), significa según el discurso oficial que el país en cuestión lo está haciendo bien, aunque esté volviendo a la recesión a base de tijera como España. Si no compra, según dicho discurso oficial, no es porque la banca esté quebrada por haber invertido en activos que no valen lo que pagó por ellos (que lo está), ni porque la desconfianza entre los propios bancos seque el circuito del dinero (que lo seca), es porque el país lo está haciendo mal.
El dinero depositado en el BCE bajó más de 15.000 millones un día antes
La banca tiene este poder de enjuiciar y retorcer el brazo a los gobiernos porque es a la única a la que el Banco Central Europeo (BCE) le da dinero. Se lo da barato, sin eufemismos, a un interés históricamente bajo del 1%. Y le da todo el que pide.
Antes de la borrachera de capital de diciembre, la de la subasta a tres años que tendrá una segunda edición a finales del próximo mes de febrero, la banca llegó a tener tales problemas de liquidez que se temió por la posible réplica en Europa de lo ocurrido con Lehman Brothers. Esto no sólo motivó las nuevas medidas excepcionales de liquidez del BCE, también un pacto histórico entre los principales bancos centrales de todo el mundo para regar de dinero Europa si la banca se venía abajo.
España llegó a pagar entonces por bonos a tres y a cinco años, como los que se subastó hoy, rentabilidades por encima del 5%. Hoy se llevaron a espuertas los títulos a un interés máximo del 3,57% (para los bonos a tres años), del 3,88% (para los títulos con vencimiento a cuatro años) y del 3,95% (los de cinco años). Y empezó la traducción. El Gobierno el primero, que interpretó al mercado diciendo que lo de hoy fue "la primera respuesta a las medidas adoptadas", según fuentes del Ejecutivo citadas por Europa Press. Espaldarazo al ajuste, celebraron en el palacio de la Moncloa.
El medio billón que concedió el BCE a la banca a tres años fue la clave
Para qué acordarse de que este país se financiaba un punto porcentual por debajo antes de que se desatase la crisis de deuda en mayo de 2010 y Europa cayese en todos los errores posibles por querer hacer pagar caro a Grecia su rescate (eufemismo de rescate de la banca que tenía deuda griega) en lugar de salvarla. Tampoco dio importancia el Gobierno a que el dinero llovió igualmente hoy sobre el Tesoro italiano, que colocó 12.000 millones en letras a la mitad de interés.
Parece fácil interpretar que, si la banca tiene dinero, no duda en invertirlo en títulos públicos, a los que sigue sacando una rentabilidad muy superior al precio al que consigue euros en la barra libre del BCE. Y con esa ganancia, asegurada con impuestos, va saneando sus maltrechos balances.
De hecho, se sabe. Lo comentan analistas, políticos y los propios bancos si no se les cita. Peros de cara a la galería hata el presidente del BCE, Mario Draghi, el hombre que se niega como su antecesor a prestar dinero directamente a los estados o buscar una fórmula para que no dependan de la situación de la banca, tiene que colar en su discurso que los resultados de las subastas dependen de los ajustes de los Gobiernos.
Hoy Draghi, tras la reunión mensual del Consejo de Gobierno de la autoridad monetaria (que dejó los tipos en el 1% al que los rebajó en su reunión anterior), elogió los ajustes y las reformas de varios países de la eurozona que en los últimos meses han logrado avances "muy extraordinarios", comentario que fue interpretado como una clara alusión a España e Italia.
Draghi reconoció, eso sí, que la subasta a tres años de diciembre "ha evitado lo que hubiera podido ser una grave restricción del crédito, con todas las consecuencias negativas que se habrían producido". La banca tiene importantes vencimientos que atender este año y duras condiciones de solvencia que cumplir a mitad de ejercicio, lo que hizo temer que retirase aún más capital de la financiación de la economía real.
Desde que tiene el medio billón del BCE, la banca ha aparcado una cantidad similar en la propio entidad. Draghi, en su empeño por defender que sus medidas funcionan para enrocarse en no tomar más (cuando se le pide desde tantos sitios que financie directamente a los estados), negó hoy que los bancos que acudieron a la subasta a tres años sean los mismos que ahora depositan diariamente cantidades ingentes de dinero en sus depósitos. Como dato curioso, la banca había depositado 485.898 millones la noche del pasado martes y al día siguiente, 15.266 millones menos cuando no hacía sino crecer hasta ahora. ¿Casualidad o dinero para las subastas?
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