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"Sin banca pública, todo es más difícil"

Robin Blackburn. Sociólogo de la Universidad de Essex (Reino Unido)

P. RUSIÑOL

Robin Blackburn, sociólogo e historiador británico de 70 años, profesor de la Universidad de Essex y ex director de la New Left Review, una de las referencias de la nueva izquierda europea, ha centrado sus investigaciones en la última década en la 'financiarización' de la economía y el papel desempeñado por el sector bancario y los fondos privados de pensiones en los recortes del Estado del bienestar. En 2006, justo antes de que estallara el crash, publicó El futuro del sistema de pensiones. Crisis financiera y Estado de bienestar, en el que anticipaba los efectos que el estallido de la burbuja causaría en las pensiones. La obra fue publicada en español por Akal en 2010 con un largo prefacio en el que aporta nuevos datos, ya con el crash que auguró consumado y la presión por los recortes redoblada, pese a lo cual huye del 'yo ya lo dije'. Atiende a Público por teléfono.

¿Cuál es la causa de que toda Europa reforme ahora el sistema de pensiones?

Desconozco los detalles del debate en España, pero los procesos son muy similares en toda la UE. En todos lados, el modelo público está amenazado y se genera mucha incertidumbre. Pero las causas tienen que ver sobre todo con el modelo de financiarización de la economía y las exigencias del sector bancario, que aspira a privatizar las pensiones.

¿Y el problema de envejecimiento? ¿No es cierto que cada vez se vive más tiempo?

Por lo general, los sistemas públicos funcionan bien. Y es cierto que pueden necesitar retoques parciales. Pero no tiene nada que ver con los términos en que se plantea el debate. Se pueden explorar nuevas fórmulas de financiación para reforzar el modelo público cuando sea necesario. Pero esto es muy distinto de las reformas en marcha, que aspiran a fomentar planes privados.

¿Por qué es malo que los planes privados crezcan?

Lo es si aumentan en detrimiento del modelo público. Ahora hay ya muchos datos empíricos que lo demuestran, porque el Banco Mundial ha asesorado muchos procesos de reformas, que han sido en realidad un salto hacia la privatización con resultados desastrosos. En la mayoría de países ha llevado a un deterioro muy serio de las pensiones.

Si es así, ¿por qué los países han seguido incorporando sus sugerencias?

El Banco Mundial suele incorporar la exigencia de la reforma de las pensiones en un sentido privatizador dentro de los programas de asistencia económica. Casi como un soborno: si quieres que te preste dinero, entonces tienes que reformar las pensiones en esta dirección. Y luego, muchos de los políticos que han asumido estas decisiones han sido recompensados con puestos ejecutivos en el Banco Mundial.

¿Y en los países ricos? No suelen necesitar la asistencia del Banco Mundial...

Pero el poder del sector financiero es muy grande, con economías financiarizadas en las que el supuesto crecimiento depende más de las burbujas que de la economía real. El origen de este modelo está en parte en la acumulación que proporcionan los fondos privados, y los bancos presionan con el objetivo de que los planes privados sean obligatorios. Esto supone el control de muchísimo dinero, que luego sirve para seguir alimentando este modelo.

¿Pero en tiempos de crisis, las pensiones privadasno son al menosun complemento?

Lo que ha mostrado la crisis es precisamente el peligro de la privatización de las pensiones. Al pinchar la burbuja, las pensiones se evaporan. Y se pone de manifiesto que son mucho más ineficientes que el modelo público: tiene grandes costes en comisiones, en la administración, en el marketing para cazar clientes, etcétera.

¿Cuál es su propuesta?

Hay que ir a la raíz: crear un sistema financiero público fuera de esta dinámica. Sin banca pública, todo es más difícil. No hay que inventar nada: Noruega lo hizo tras su crisis bancaria de los años ochenta y le va mucho mejor que antes.

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