El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, admitió el martes que podría elevar los requerimientos de provisiones bancarias si fuera necesario.

"El Banco de España es quizás uno de los bancos más rigurosos a la hora de las valoraciones (...) estamos continuamente adaptándonos a cómo está evolucionando la situación, vamos estudiando y, si es necesario cambiamos", dijo Fernández Ordóñez en un aparte de unas jornadas sobre el sistema financiero español organizadas por la consultora KPMG y el diario Expansión.

Varios medios han sostenido en el pasado reciente que el Banco de España estudiaría elevar a la banca las provisiones por los inmuebles que llevan más de un año en su balance del 20 por ciento al 30 por ciento del valor de tasación del activo en su propiedad.

A finales de octubre, el Banco de España comunicó a las entidades financieras que tenían que aumentar estas provisiones desde el 10 por ciento hasta el 20 por ciento de la tasación una vez transcurrido un año desde su tasación.

El banco central reaccionaría con este endurecimiento al deterioro de los activos inmobiliarios.

En otro aparte de las jornadas financieras, el presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás, dijo que en general "es conveniente crear tantas provisiones como sea necesario".

Quintás señaló que aunque se trataba de una medida anticíclica, que en circunstancias normales habría que evitar, "se trata de una medida anticíclica que aumenta la resistencia de las entidades de cara a los problemas que van a venir".

Sin embargo, el presidente de la patronal de cajas consideró que habría que tener en cuenta cómo reaccionaría el mercado a un nivel elevado y generalizado de las provisiones.

DESPLOME INMOBILIARIO

Además, el presidente la CECA consideró que si las entidades se decantaban por una salida masiva de inmuebles a los mercados, para evitar muy fuertes pérdidas en las dotaciones, esto "podría hacer que colapsase lo poco que queda del sector inmobiliario de este país, con consecuencias muy lamentables al final sobre el propio sistema financiero y sobre la economía de este país".

"Sería necesario consultar al propio sector inmobiliario en qué medida una actuación enérgica por esta vía no podría provocar un colapso", agregó.