Público
Público

Los banqueros que deciden la suerte económica de Europa

En un momento delicado para la economía de la UE, el BCE probablemente opte hoy por mantener los tipos de interés

GUILLEM SANS MORA


El Banco Central Europeo (BCE), la entidad que decide la política monetaria de la zona del euro, afronta hoy una prueba de fuego. En un momento en que la inflación de la eurozona está en el 3,3%, claramente por encima del objetivo del 2% que se había marcado el BCE a medio plazo, los mercados van a estar muy pendientes de lo que decidan hoy los miembros del Consejo de Gobierno en su reunión de Atenas (Grecia).

¿Van a decidirse a bajar los tipos de interés, ahora que la inflación parece haber cedido algo? ¿O, como cree la mayoría de los analistas, mantendrán el precio oficial del dinero en el 4%?Los principales actores de la política monetaria europea están atrapados en un dilema. No se trata sólo de salvar la cara ante la actual crisis financiera. Los observadores coinciden en que las decisiones que tomen ahora se considerarán como un barómetro de su capacidad de actuación en momentos delicados como el presente. A la inflación y la debilidad del crecimiento económico se suma el problema de que la situación es muy distinta en los distintos países de la eurozona. Alemania parece resistir bastante bien la crisis financiera y la amenaza de recesión en EEUU, mientras que Francia y España se presentan algo más tocadas, y la recesión amenaza a Italia.

La media de crecimiento económico en la eurozona se sitúa ahora mismo en el 2,2%. El ritmo se ha venido frenando en los últimos meses. El BCE podría contribuir a acelerarlo de nuevo bajando los tipos de interés, pero a diferencia de la Reserva Federal, no tiene el mandato de garantizar un alto nivel de empleo.

El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, dejó claro la semana pasada que él es 'el altavoz' del consejo del BCE y que lo que dice cuenta. Está considerado un halcón porque es partidario de controlar la inflación a toda costa, aunque también le gusta presentarse como un integrador de las distintas corrientes.

El más duro y radical es el alemán Jürgen Stark, uno de los seis miembros del comité ejecutivo, que es el que gestiona el día a día del banco. Los cuatro restantes se consideran neutrales, en el sentido de que prefieren mantener todas las opciones abiertas.

Entre ellos está el representante español, José Manuel González-Páramo, una persona discreta que alguna vez también ha sido calificado como paloma, por su posición menos beligerante contra la inflación. Este madrileño de 49 años estudió en el colegio de Nuestra Señora del Recuerdo, los jesuitas de Madrid, y en una reciente visita a las que fueron sus antiguas aulas citó a San Ignacio de Loyola: 'No hagas mudanza en tiempo de tribulaciones'. Aunque se apresuró a negar que así fuera, González-Páramo quizá sugiriera con esta frase su posición en la reunión de Atenas: mejor dejar las cosas como están cuando hay marejadilla. 

Pero no sólo el comité ejecutivo manda. También lo hacen los 15 jefes de los bancos centrales de cada uno de los países, que junto al comité forman el denominado Consejo de Gobierno del BCE. Entre los halcones de ese grupo se cuentan el griego Nicholas Garganas, el austríaco Klaus Liebscher, el holandés Nout Wellink, el luxemburgués Yves Mersch y el alemán Axel Weber. Este último ha pulido la imagen del Bundesbank alemán desde que lo preside en 2004 y se considera uno de los pesos pesados del consejo. Es uno de los principales candidatos a suceder a Trichet.

Miguel Ángel Fernández-Ordóñez se cuenta en cambio entre las palomas del consejo. El diario alemán Financial Times Deutschland publicó  ayer que a España le interesaría una bajada de tipos porque es ahora un país con problemas, sobre todo 'por el fin del boom de la construcción'. 


Al igual que ocurre en política internacional, se llama así a los dirigentes  duros, más partidarios  de subir los tipos de interés para combatir la inflación, aun a costa del crecimiento económico

Son los banqueros que defienden una política inflacionista más suave, y son más propensos a bajar los tipos de interés para favorecer el crecimiento.

Es el periodo  anterior a  la reunión mensual del BCE sobre tipos durante el cual sus responsables deben evitar declaraciones que influyan  en los mercados.  El plazo de silencio es de una semana.  Purdah, en persa, significa cortina.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias