Este artículo se publicó hace 11 años.
Una barca con 166 inmigrantes llega a Lampedusa el día de la visita papal
La embarcación ha sido rescatada cuando navegaba cerca de la costa. Han sido trasladado al puerto, donde estaban esperando la visita del Pontífice
Una barcaza con 166 inmigrantes a bordo ha llegado a las 8.00 hora local (6.00 GMT) al puerto de la isla italiana de Lampedusa, donde estaba todo preparado para la visita del papa Francisco. El Pontífice ha decidido viajar a la isla para denunciar la situación de los inmigrantes y recordar a las miles de víctimas que no logran llegar a tierra.
La embarcación fue localizada mientras navegaba con dificultad a pocas millas de las costas y lanchas de la Guardia di Finanza acudieron en su ayuda y transportaron a los inmigrantes, entre ellos cuatro mujeres, al puerto de la localidad, Punta Favarolo.
La alcaldesa de la ciudad, Giusi Nicolini, ha recordado que "estos desembarcos son la normalidad de la isla" y que hoy tendrán mayor relieve por la visita del pontífice.
Uno de los 166 inmigrantes que llegaron al puerto ha explicado que su viaje desde las costas africanas ha durado poco más de dos días y que fue "horrible", mientras que otra de esas personas ha tenido que ser acompañada en camilla al centro médico por encontrarse mal.
Los inmigrantes han sido conducidos en autobús al centro de acogida de la pequeña isla, que está a 113 kilómetros de las costas africanas, y donde hay actualmente alrededor de 150 personas en espera de ser enviados a otras ciudades. Desde allí la mayoría de ellos serán repatriados.
Las llegadas de barcazas son continúas en estos momentos del año, debido al buen estado del mar. Lampedusa, una isla de 20 km2 situada a menos de 100 km de las costas norafricanas, es la principal puerta de entrada a la Unión Europea para los emigrantes, que a menudo llegan del África subsahariana o del Cuerno de África, de Libia, Túnez y Egipto, a bordo de frágiles botes.
Según datos de ACNUR, unos 8.400 inmigrantes y solicitantes de asilo llegaron a las costas de Italia y Malta en los primeros seis meses del año. La mayoría llegaron a Italia (7.800 personas) mientras que Malta recibió unos 600.
El Mediterráneo es una de las rutas marítimas más transitadas del mundo, pero también es una peligrosa frontera para los inmigrantes y solicitantes de asilo en su ruta hacia el sur de Europa. Las llegadas de barcas suelen alcanzar cifras más altas entre mayo y septiembre. En este momento del año, en que se produce un aumento en el número de personas que tratan de realizar este peligroso viaje, ACNUR ha insistido en que es necesario garantizar que se cumpla con la tradición de recatar a las embarcaciones en riesgo y se respete el derecho marítimo internacional
En el primer semestre de 2013 la Agencia de la ONU para los Refugiados ha registrado unas 40 muertes de personas que trataban de cruzar el mediterraneo desde el norte de África hacia Italia. Es un número inferior al de 2012, que acabó con 500 muertos o desaparecidos en el mar. El descenso se debe a los esfuerzos de las autoridades marítimas italianas y maltesas para coordinar los rescates.
Precisamente, la muerte hace una semana de siete norteafricanos cuando trataban de llegar a las costas italianas encaramados a las nasas de un pesquero tunecino, que fueron cortadas por los tripulantes, fue el desencadenante del viaje del papa Francisco a Lampedusa.
Durante la visita, el Pontífice ha hablado con algunos de los inmigrantes que han llegado a la isla en las últimas semanas. Entre las personas que esperaban a Francisco había muchos niños y mujeres. Varios de los adultos aprovecharon el momento del saludo para pedir que Europa les ayude. "Hemos huido de nuestro país por dos motivos, políticos y económicos. Para llegar a este lugar tranquilo hemos superados muchos obstáculos, hemos sido robados por traficantes, hemos sufrido mucho hasta llegar aquí", le ha dicho un joven al papa, al que ha entregado una carta.
"La globalización de la indiferencia"El Papa ha insistido en que tenía que viajar a esa isla para mostrar su "solidaridad y cercanía". En la homilía ofrecida por el Pontífice, ha denunciado la "globalización de la indiferencia" que hace que el hombre no se sienta responsable de las muerte de los inmigrantes que pierden la vida en las travesías buscando un futuro mejor.
"Inmigrantes muertos en el mar, en esas barcas que en vez de ser un vía de esperanza se convirtieron en un camino de muerte", ha afirmado, para añadir que el hombre actual está embebido en la cultura del bienestar, "que nos lleva a pensar en nosotros mismos, nos hace insensibles al grito de los otros". "Nos hace vivir en una pompa de jabón, que son bonitas, pero no son nada más, son la ilusión de los fútil, de lo provisional, que lleva a la indiferencia hacia los otros, lleva a la globalización de la indiferencia", ha agregado.
"Hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraterna, hemos caído en el comportamiento hipócrita"
Echando mano de la comedia del escritor español Lope de Vega "Fuente Ovejuna", en la que todo el pueblo de esa localidad cordobesa se adjudica la muerte del gobernador tirano, dijo que hoy "todos los hombres y ninguno" se hacen responsable de las tragedias de la inmigración. "¿Quien es el responsable de la sangre de estos hermanos. Ninguno. Todos respondemos: yo no he sido, yo no tengo nada que ver, serán otros, pero yo no. Hoy nadie se siente responsable, hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraterna, hemos caído en el comportamiento hipócrita", ha denunciado.
El pontífice ha advertido que esa globalización de la indiferencia "nos hace a todos innombrables, responsables sin nombre y sin cara". Francisco ha manifestado que la sociedad actual se ha convertido en una sociedad que ha olvidado llorar, "llorar por las personas que han muerto en las barcas hundidas en el mar, por las jóvenes madres que llevaban a sus hijos". También ha pedido perdón por "todos aquellos que con sus decisiones a nivel mundial han creado situaciones que conducen a estos dramas".
La Eucaristía la celebró sobre un altar construido con un vieja barca y a la misma asistieron inmigrantes musulmanes, a los que dijo que la Iglesia está a su lado.
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