Bayreuth recibe con abucheos el "Tannhäuser" de Baumgarten

El Festival de Bayreuth abrió hoy su temporada número cien, en sus 135 años de historia, con abucheos para el "Tannhäuser" de Sebastian Baumgarten y una diosa del amor caída en desgracia.

En la ópera en tres actos de Richard Wagner, el protagonista decide abandonar, cansado de los placeres que le brinda la diosa del amor, la Montaña de Venus -aquí una especie de cárcel que emerge y es engullida por el suelo- para regresar al castillo de Wartburg, reconvertido en una planta de biogás por el escenógrafo holandés Joep van Lieshout.

El único escenario que acompaña al público durante las cinco horas y cuarto de función -con dos entreactos de una hora, respectivamente- es la inmensa fábrica de tres plantas en la que los empleados no dejan de trabajar en la producción de excrementos para generar biogás ni siquiera en los descansos.

Si el primer acto fue recibido por el público con cierto desconcierto y alguna que otra cara larga, la segunda parte caldeó los ánimos de los más puristas y al finalizar la ópera los abucheos dirigidos a la dirección teatral llenaron el templo wagneriano.

El reparto salió con diferencia mejor parado, sobre todo Tannhäuser, interpretado por el tenor sueco Lars Cleveman; Michael Nagy, en el papel de Wolfram von Eschenbach; Günther Groisböck, en la piel de Landgrave, y Camilla Nylund como Elisabeth.

El coro del festival y su director, Eberhard Friedrich, también fueron recibidos con una lluvia de aplausos, mientras que la excepción fue Stephanie Friede, en el papel de Venus, que no cosechó más que abucheos por parte de los asistentes.

Se cumple así la premonición de Katharina Wagner, codirectora del festival de ópera que fundara su bisabuelo en 1876, cuando aseguraba al "das Bayreuth Magazin" que "esta nueva puesta en escena suscitará con toda seguridad discusiones controvertidas".

"Sin embargo, estas controversias no me parecen para nada mal. El arte está muerto si lo único que hacemos es consumirlo (...) El arte solo está vivo si se discute y creo que eso es lo que va a pasar", declaró.

Según la bisnieta del compositor, "si se tocan obras tan intemporales como las de Wagner durante un periodo tan prolongado, también debe existir el derecho a reinterpretarlas".

Entre los incondicionales admiradores de Richard Wagner destacó un año más la canciller germana, Angela Merkel, acompañada de su esposo, el catedrático Joachim Sauer, así como el titular de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, junto a su pareja, Michael Mronz, y otros ministros del Gobierno federal.

También se dejaron ver en la Verde Colina de Bayreuth el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, y otras personalidades del ámbito político, empresarial y del espectáculo.

El festival abrió su temporada número cien con la mirada puesta en otro aniversario próximo: el bicentenario del nacimiento del compositor, en 2013.

Para esa cita esta previsto el estreno de una nueva escenificación de "El anillo del Nibelungo", para cuya dirección se espera contar con Frank Castorf, según explicó Katharina Wagner, en la recepción anterior a la apertura de la temporada.

Además de "Tannhäuser", incluido por primera vez en el festival por Cosima, viuda del compositor, en 1891, el programa retoma este año el "Lohengrin" de Hans Neuenfels, bajo la batuta de Andris Nelsons, a pesar de las críticas cosechadas en su estreno la temporada pasada en esta cita musical por excelencia de los amantes de Wagner.

Hasta el próximo 28 de agosto, en el que el festival bajará el telón, el público podrá ver también entre las 30 óperas programadas el "Tristán e Isolda" de Christoph Marthaler, dirigido por Peter Schneider, y la interpretación de Stefan Herheim de"Parsifal", bajo la batuta de Daniele Gatti.

Por otra parte, "Los maestros cantores de Núremberg", con la que Katharina Wagner hizo su debut hace cuatro años con Sebastian Weigle a la batuta, se representará por última vez para dar paso en 2012 a una nueva puesta en escena de "El holandés errante".