Este artículo se publicó hace 15 años.
BBVA pide soluciones rápidas y radicales en bancos con problemas
El presidente de BBVA, Francisco González, afirmó el lunes que dada la gravedad de la crisis se hacen necesarias soluciones urgentes en el sector financiero con intervenciones estatales.
"Se debe dar prioridad a los problemas de liquidez y solvencia a los que se están enfrentando las entidades financieras", dijo el máximo ejecutivo del banco según el texto de un discurso en Texas.
"Es tanto lo que está en juego, que urge adoptar soluciones rápidas y radicales", sentenció González para añadir que, en su opinión, el modelo más acertado sería una intervención estatal con reestructuración completa de las entidades afectadas antes de volver a privatizarlas.
Tras reiterar que los gobiernos deben garantizar la igualdad de condiciones y explicar que las intervenciones no deben buscar "evitar la quiebra de los bancos", sino conseguir "un sistema bancario más fuerte", propuso un sistema de intervención con tres fases.
"El objetivo sería dar un giro a la banca con la mayor celeridad posible, preferiblemente en un plazo de meses y no de años", afirmó González.
"Cuando un banco da muestras de debilidad extrema, las autoridades deben acogerlo bajo su tutela", dijo, para añadir que en esta primera fase, el Gobierno de turno debería eliminar al equipo de dirección y reducir o eliminar la participación accionarial.
La segunda fase de la intervención, en opinión del banquero español, sería crear un nuevo equipo para reestructurar el negocio de forma que los activos tóxicos fuesen puestos en "cuarentena" y gestionados públicamente.
En la última fase, BBVA aboga por una reprivatización del banco, ya saneado, mediante la venta a empresas privadas.
NO ES NUESTRO CASO
Tras concretar sus recomendaciones para una estabilización del sistema, González dejó claro que BBVA es uno de los pocos bancos con la solidez financiera necesaria para "seguir siendo rentables en un entorno tan difícil como el actual".
Para ilustrar esta visión, González destacó que la entidad que preside "fue en 2008 el segundo mayor banco del mundo por beneficios".
Con amplia presencia en Latinoamérica, González destacó también la mayor resistencia económica de los mercados emergentes, particularmente en México.
"Con las lecciones aprendidas de sus anteriores crisis financieras, las economías emergentes tienen ahora unos sistemas financieros más sólidos y no se embarcaron en actividades excesivamente arriesgadas", dijo.
Por otra parte, reiteró que el mercado estadounidense es prioritario para la entidad y que su filial BBVA Compass "desempeña un papel fundamental de futuro".
"Este país nos brinda excelentes oportunidades y estoy convencido de que BBVA Compass desempeñará un papel fundamental en el BBVA del futuro en beneficio de nuestros accionistas, empleados y, especialmente, nuestros clientes", afirmó.
González dijo que en su ambición de formar parte de "una nueva gran liga compuesta por un número relativamente reducido de bancos", Estados Unidos es una parte "esencial".
BBVA compró Compass Bank en 2007, en una transacción originalmente tasada en 9.600 millones de dólares, que multiplicó por más de tres sus sucursales en Estados Unidos, especialmente en áreas con gran cantidad de hispano parlantes.
Compass ahora posee cerca de 61.500 millones de dólares (unos 44.85 millones de euros) en activos y 577 sucursales en Alabama, Arizona, Colorado, Florida, Nuevo México y Texas.
Más de la mitad de las sucursales, 309, se encuentran en Texas.
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