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El BCE baja los tipos de interés hasta el 2,5% para afrontar la recesión

La entidad europea baja el precio del dinero 0,75 puntos, hasta el 2,5%, para afrontar la recesión. La anterior rebaja fue en noviembre

GUILLEM SANS MORA

La severidad de la crisis económica forzó este jueves al Banco Central Europeo (BCE) a bajar el precio del dinero del 3,25% al 2,5%. Esa diferencia de 0,75 puntos es la mayor bajada desde la puesta en marcha del euro en 1999. La decisión, sin embargo, no sorprendió a los mercados, que esperaban un gesto de firmeza para atajar la recesión en Europa.

Mientras se gestaba la crisis, el banco europeo mantuvo el precio del dinero en el 4%. En julio incluso subió los intereses en 0,25 puntos. Pero en octubre cambió de tendencia, y en menos de tres meses los ha reducido tres veces hasta niveles desconocidos desde verano de 2006.

Hasta ahora, la reducción máxima había sido de 0,50 puntos. Y Jean-Claude Trichet no descartó nuevas reducciones a principios de año. 'Dejamos todas las puertas abiertas', dijo, pero se resistió a dar indicaciones concretas, como hizo en meses anteriores.

A la vista de la situación, el presidente del BCE reclamó una rápida aplicación de las medidas europeas contra la crisis. 'Todas las partes deben actuar con eficiencia para una aplicación rápida de estas medidas', señaló en Bruselas, donde se reunió el Consejo de Gobierno del BCE, en una de las salidas de su sede de la ciudad alemana de Francfort.

La rebaja de tipos se consideraba inevitable, a la vista del deterioro creciente de la economía europea. Este jueves se confirmó oficialmente que la eurozona está en recesión. El Producto Interior Bruto (PIB) de los países del euro bajó un 0,2% entre julio y septiembre, según los datos revisados por Eurostat.

En los últimos doce meses, la economía creció un 0,6% en la eurozona, una décima menos de lo calculado por la oficina estadística comunitaria. Además, las nuevas previsiones del BCE, revisadas a la baja, auguran para 2009 un descenso del PIB comunitario de hasta el 1% , cuando hace muy poco, en septiembre, el propio banco aún contaba con un crecimiento del 1,2%.

Con todo, Trichet subrayó que la incertidumbre de estas previsiones es 'excepcionalmente elevada'. El presidente del BCE justificó la decisión de ayer por la 'fuerte y prolongada corrección' que experimentan los mercados financieros. El economista francés no adelantó los próximos pasos en la política monetaria, pero dijo que 'tenemos que asegurarnos de que las medidas son efectivas'. El BCE vigilará si sus medidas surten efecto sobre los tipos que las entidades aplican a sus clientes.

La inyección de dinero más fácil y barato fue también la terapia que utilizaron otros países para reanimar la economía. El Banco de Inglaterra rebajó ayer por tercer mes consecutivo los tipos de interés, para fijarlos en el 2%, informa Lourdes Gómez desde Londres. La reducción de un punto no causó tanta sorpresa como la de 1,5 puntos de octubre, pero fue recibida con satisfacción por las patronales y los sindicatos.

El precio del dinero se ha recortado en Reino Unido a la mitad desde el pasado octubre y ayer alcanzó un nivel que no se registraba desde 1951. El primer ministro Gordon Brown urgió al sector bancario a trasladar los beneficios a sus clientes con hipotecas o créditos comerciales.

El Banco Central de Suecia fue incluso más agresivo en su política de recorte de tipos y bajó el precio del dinero en 1,75 puntos, hasta el 2%.

Bruselas acogió con satisfacción la decisión de recortar hasta el 2,5% los tipos de interés. Un portavoz comunitario la calificó de “esperada y razonable”, informa Daniel Basteiro desde Bruselas.

El moderador del Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Trichet, alabó también la nueva bajada. Los 27 socios de la UE y la Comisión han recordado en las últimas semanas el “amplio margen” del que dispone el BCE para relanzar la economía en un período de bajo riesgo inflacionista.

La esperada decisión de ayer refuerza la imagen de Trichet, al que, según los medios franceses, le gusta recordar que es su firma la que va impresa en los billetes de los europeos. Las críticas de varios países de la zona euro, que vieron cómo la llegada de la moneda única subió de golpe sus precios, contrastan ahora con los piropos de países como Hungría, Dinamarca o Islandia, que sueñan con la estabilidad monetaria.

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