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El BCE examinará a 128 bancos europeos, 16 de ellos españoles

Draghi avisa que la institución no dudará en suspender a aquellas entidades que no superen las nuevas pruebas

AGENCIAS

El Banco Central Europeo (BCE) examinará a partir del próximo mes de noviembre y hasta octubre de 2014 la situación de 128 bancos europeos, representativas de alrededor del 85% del sistema bancario de la eurozona, en el marco de su nuevo rol como supervisor bancario dentro del mecanismo único de supervisión, informó la institución. De ellas, 16 entidades financieras serán españolas.

Los bancos y cajas españoles que serán examinados por el BCE, en colaboración con las autoridades nacionales y la consultora Oliver Wyman, se encuentran BBVA, Santander,  Sabadell, BFA-Bankias, Banco Mare Nostrum, Popular, Bankinter, Ibercaja, Caixabank, Caja España, Cajas Rurales, Catalunya Banc, Kutxabank, Liberbank, Unicaja, y NCG Banco.

La lista de bancos que serán evaluados incluye, además, a 24 instituciones alemanas, 15 italianas, 13 francesas, 7 holandesas, cinco irlandesas, y cuatro tanto en Grecia como en Chipre y Portugal. También se recoge cuatro entidades de Letonia, que se incorporará a la zona del euro en enero de 2014.  Los bancos evaluados tendrán activos superiores a los 30.000 millones de euros o al 20% del PIB de su país.

El BCE quiere que afloren los potenciales riesgos ocultos en los balances de los bancos antes de que la supervisión del sector sea centralizada bajo su techo a partir de noviembre del 2014, como parte de una unión bancaria europea establecido en respuesta a la crisis de la deuda agravada por préstamos inmobiliarios morosos en los países de la periferia del euro. La entidad que preside Mario Draghi quiere establecer una revisión dura para no enfrentar sorpresas y evitar así repetir los errores de las dos anteriores pruebas de esfuerzo europeas que no lograron detectar los riesgos que finalmente condujeron a la crisis bancaria en Irlanda y España.

Detallando los criterios que utilizará en el ejercicio, el BCE dijo que utilizará la definición de la EBA sobre créditos impagados que establece como morosos un crédito no pagado durante 90 días. El BCE también exigirá a los principales bancos de la eurozona disponer de unos colchones de capital del 8% (4,5% de capital básico, a la que se añadirá un 2,5% como colchón conservador y un 1% adicional que será exigido a las entidades significativas). Para la valoración de la calidad de los activos se tomará en cuenta la situación de los balances de las entidades a 31 de diciembre de 2013.

Asimismo, de manera complementaria a esta valoración de activos, el BCE en colaboración con la Autoridad Bancaria Europa (EBA) llevará a cabo pruebas de estrés a las entidades con el fin de proporcionar una estimación de la capacidad de los bancos de absorber potenciales dificultades. Los detalles de estos test de estrés serán comunicados 'a su debido tiempo', añadió el BCE.

En el caso de que las pruebas detecten que los bancos necesitan capitalizarse, la institución que preside Mario Draghi señala que los déficit de capital deberán ser cubiertos en primer lugar mediante fuentes privadas (ampliaciones de capital la suspensión del dividendo o desinversiones), aunque en caso de que estas no fueran suficientes o no estuvieran disponibles, 'podrían necesitarse recursos públicos'.

Un sondeo con inversores realizado por Morgan Stanley este mes mostró que cinco de cada diez bancos analizados por el BCE previsiblemente fallarán las pruebas de estrés y podrían verse obligados a conseguir 50.000 millones de euros para reforzar su capital.

El presidente del BCE ha asegurado que la institución no dudará en suspender a aquellas entidades que no superen las nuevas pruebas diseñadas para valorar la calidad de los activos de las entidades, así como su posición de liquidez y capacidad de resistencia ante un potencial empeoramiento de la situación. 'Si tienen que suspender, tienen que suspender. No hay ninguna duda al respecto', indicó el banquero italiano en una entrevista concedida a Bloomberg TV,  donde apunta que es necesario que haya suspensos entre las entidades examinadas para demostrar la credibilidad de las pruebas.

'El fin último de los exámenes es restaurar o fortalecer la confianza del sector privado en la solvencia de los bancos y la calidad de sus balances', dijo Draghi, quien confía en que el resultado de las pruebas sirva para que la inversión privada retorne al sector bancario. En este sentido, el máximo responsable de la política monetaria de la eurozona expresó su confianza en que los gobiernos de la región estarán listos para cubrir las necesidades de capital de las entidades viables que pudieran detectarse a través de estas pruebas.

'No tengo dudas de que estas redes de protección estarán listas, lo que no significa que vayan a uilizarse, porque primero y ante todo es el dinero privado el que deberá usarse', dijo Draghi. 'Existe un compromiso explícito de contar con apoyos apropiados a nivel nacional cuando se lleven a cabo los ejercicios', añadió.

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