Este artículo se publicó hace 14 años.
Pocos bebés prematuros extremos sobreviven, pese a los esfuerzos
Por Megan Brooks
En los últimos 15 años, nomejoró la supervivencia de los bebés prematuros extremos, esdecir, aquellos que nacen con menos de 24 semanas de gestación,pero no por falta de esfuerzos.
Según un estudio en el Reino Unido, creció la cantidad debebés extremadamente prematuros tratados de manera activa, perolos médicos no tuvieron demasiado éxito. Y aunque esospequeñísimos bebés sobreviven un poco más que hace algunosaños, los cambios todavía son mínimos.
"La realidad es que mejoramos con los años: lasupervivencia aumentó por encima de las 24 semanas de gestacióny las consecuencias graves (parálisis cerebral severa)disminuyeron", dijo a Reuters Health el doctor Nick Embleton,del Servicio Neonatal de Newcastle, de la Royal VictoriaInfirmary, en Newcastle.
"Pero no hubo un avance consistente en los nacimientos conmenos de 23 semanas de gestación, ya sea porque estamos en ellímite de lo posible o porque aún tenemos mucho por aprender.Podría ser la necesidad de contar con más experiencia",agregó.
Puesto en perspectiva, eso quiere decir que "al comienzo dela atención neonatal, un bebé tenía suerte si sobrevivía a las28 semanas. Ahora tiene un 50 por ciento de probabilidades alas 24 semanas. De modo que habrá que ver qué sucede dentro decinco años", dijo Embleton.
Un bebé que nace hoy a las 23 semanas de gestación tiene un20 por ciento de posibilidad de sobrevivir. Un embarazo normaldura 40 semanas.
El nuevo estudio, que duró 15 años, indicó que los bebésque nacen con 22 o 23 semanas de gestación (el margen deviabilidad gestacional) cada vez reciben más resucitaciónactiva y un tratamiento más prolongado, pero sin avances en losresultados.
Los autores analizaron datos de los 480.662 nacimientosentre 1993 y el 2007 en una región del norte de Inglaterra. El0,05 por ciento, o sea, 229 de esos bebés, nacieron vivos a las22 o 23 semanas de gestación y el 92 por ciento (210)murieron.
Con ayuda de cuidados intensivos, 71 de esos bebés (el 34por ciento) vivieron más de seis horas y ese período aumentógradualmente con el tiempo.
Entre 1993 y 1997, el tiempo promedio de sobrevida de losbebés que fallecían tras recibir tratamiento activo era de 11horas, proporción que aumentó a 20 horas entre 1998 y el 2002,y a 3,7 días entre el 2003 y el 2007.
Mantener a estos bebés con vida apenas unas horas demanda"un enfoque en equipo, no acciones médicas heroicas" dijoEmbleton. "Muy ocasionalmente necesitan un procedimientocomplejo, como una operación. Eso sería heroico, pero es laminoría (de los casos)", agregó.
En el pequeño grupo de 19 sobrevivientes en los 15 años delestudio, seis sobrevivieron entre 1993 y 1997, 6 entre 1997 yel 2002 y 7 entre el 2003 y el 2007.
CUANDO DECIR NO
Las guías publicadas en Reino Unido el año pasadorecomiendan que, "para beneficio del bebé", no se practique laresucitación en los niños nacidos a las 22 semanas degestación, si esa edad gestacional es "segura".
A las 23 semanas, la resucitación es opcional si existenlatidos fetales durante el trabajo de parto. La respuestacardíaca será crítica para decidir si seguir o suspender laresucitación.
"Muchos médicos no realizarían la resucitación a bebés con23 semanas porque las posibilidades de sobrevida son muy bajasy porque, como médicos, siempre actúan en el límite de lo'razonable'", explicó. "Además, saben que muchos de los quesobreviven lo hacen con problemas", agregó.
FUENTE: Archives of Disease in Childhood, Fetal & NeonatalEdition, online 22 de abril del 2010.
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