Este artículo se publicó hace 13 años.
Bebidas azucaradas alteran glucosa y lípidos; causan inflamación
Por Will Boggs
Un equipo suizo halló que unconsumo de bajo a moderado de bebidas endulzadas con fructosa oglucosa produce cambios adversos en el metabolismo de laglucosa y los lípidos y en los marcadores de inflamación.
"El mensaje para mí y otros médicos es que realmentesubestimamos los efectos adversos de las gaseosas", dijo eldoctor Kaspar Berneis, del Hospital Universitario de Zurich,agregando que no esperaba encontrar esos resultados en hombresjóvenes y saludables.
El equipo de Berneis investigó los efectos de cinco bebidasdulces (con niveles medios y altos de fructosa, gran cantidadde glucosa y sucrosa) en un estudio cruzado sobre 29voluntarios saludables de entre 20 y 50 años, publicó AmericanJournal of Clinical Nutrition.
La glucosa en ayunas aumentó de un 4 a un 9 por ciento conlas intervenciones, mientras que la relación cintura-caderatambién creció significativamente con todos los consumos defructosa.
El porcentaje de grasa corporal fue significativamente másalto en la intervención rica en fructosa, en comparación con lade glucosa (15,7 por ciento comparado con 15,1 por ciento).
En tanto, la circunferencia de la cintura fue bastantemayor con la intervención rica en sucrosa que con la rica englucosa (82,9 centímetros contra 82,6 centímetros).
El tamaño de las partículas de colesterol LDL disminuyó0,51 nm con la intervención rica en fructosa y 0,43 nm con lade sucrosa. El consumo de niveles medios y altos de fructosa yde gran cantidad de sucrosa redujo significativamente lasubclase I de partículas grandes de LDL.
Los valores de colesterol total, LDL y HDL no cambiaron conlas intervenciones utilizadas.
La proteína C reactiva de alta sensibilidad aumentósignificativamente con todas las intervenciones (entre un 60 y109 por ciento). El consumo de altos niveles de fructosa aportóel valor más alto (430,1 ng/L).
Los niveles de leptina aumentaron con el consumo moderado yalto de glucosa, pero no con el resto de las intervenciones. Lafunción hepática no varió con otras acciones.
Los resultados sugieren "que la fructosa tendría un efectomás negativo que la glucosa", según los autores. "Estasdiferencias se deberían, por lo menos en parte, a que, aunquees calóricamente idéntico al consumo de glucosa, el metabolismode la fructosa varía considerablemente", agregaron.
Para Berneis, este "es el primer estudio que demuestra unarelación causal (y no sólo una asociación) con el consumo dedosis bajas o moderadas de estas bebidas, que proporcionaronapenas el 6,5 por ciento de la energía diaria en forma degaseosas".
"Estudios similares habían utilizado fructosa para aportarentre el 25 y el 60 por ciento de las calorías diarias totalescorrespondientes a los azúcares que proporciona el consumo de1,7 litros de gaseosa. De modo que es un estudio muy real ydemostramos efectos en hombres jóvenes saludables que noesperábamos encontrar", añadió.
FUENTE: American Journal of Clinical Nutrition, online 15de junio del 2011.
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