Este artículo se publicó hace 14 años.
Los belgas votan tras un debate sobre la división del país
Por Philip Blenkinsop
Los belgas votaron el domingo en unas elecciones parlamentarias para elegir un Gobierno que podría avanzar hacia la desintegración del país y tendrá que lidiar con el tercer mayor nivel de deuda de la Unión Europea.
Está previsto que la Nueva Alianza Flamenca (N-VA por su sigla original), un partido separatista que aboga por la disolución gradual de Bélgica, logre el mayor número de votos en Flandes, donde se habla holandés, y posiblemente en el país.
"La pregunta en las urnas no es si ganará el N-VA sino por cuánto lo hará", dijo el diario escrito en holandés De Morgen.
La votación electrónica cerró a las 15.00 hora local (1300 GMT) y para entonces algunos recuentos de votos en papel ya habían entregado resultados.
Aquellos en Flandes mostraron una clara ventaja del N-VA, según informaron medios belgas.
El líder de la N-VA, Bart De Wever, podría salir victorioso pero posiblemente no podrá comenzar a descentralizar el poder de inmediato.
en efecto dos elecciones con partidos separados que buscan votos de los votantes francófonos y la mayoría de los habitantes de lengua holandesa - implica que necesitará al menos cuatro partidos para formar una coalición de Gobierno.
De Wever ha dicho que está abierto a que un francófono, posiblemente el líder socialista Elio Di Rupo, sea el primer ministro por primera vez en 36 años si con ello aumenta la autonomía de Flandes.
Estos son los primeros comicios federales en los que un partido que aboga por el fin de Bélgica podría ser el ganador, aunque la N-VA era aliado de los demócrata cristianos en el 2007.
El partido encabeza los sondeos que han provocado un debate a nivel nacional sobre una posible ruptura de la nación de 180 años, de forma que Flandes y Valonia vayan por caminos separados.
"Somos bilingües. Algunos de nosotros incluso hablamos cuatro idiomas. Esta es una verdadera ventaja", dijo anteriormente el votante Pierre Essers, camino a las urnas en Bruselas. "Una separación es peligrosa y debilitaría al país y nos haría incluso más pequeños de lo que somos", opinó.
Edith Boichart, jubilada de 65 años, dijo que no había votado por un partido.
"De todas formas estaremos votando nuevamente dentro de seis meses", argumentó.
LARGAS CONVERSACIONES
Analistas trazan comparaciones entre De Wever e Yves Leterme, el democristiano que ganó las elecciones del 2007, con la promesa de llevar más poder para Flandes.
Leterme tardó nueve meses en formar un Gobierno compuesto por cinco partidos y ofreció su dimisión tres veces en otros tantos años.
Finalmente dimitió tras una disputa entre francófonos y políticos de lengua holandesa sobre el misterioso, pero sensible, asunto de los límites electorales alrededor de Bruselas.
En medio de una crisis de la zona euro, y con los especuladores financieros dispuestos a atacar a los rezagados en temas presupuestarios, Bélgica, con 10,6 millones de habitantes, apenas puede permitirse unas conversaciones para formar Gobierno que se alarguen en el tiempo.
El ratio de deuda respecto al PIB de Bélgica, dispuesto a superar el 100 por ciento este año o el próximo, se sitúa sólo por detrás de Grecia e Italia.
La deuda ha sido un asunto secundario frente a la reforma del Estado en las últimas semanas, aunque los oponentes de la N-VA han dicho que si triunfan los separatistas los mercados financieros podrían verse sacudidos por la noticia.
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