Este artículo se publicó hace 17 años.
Benazir Bhutto muere en el segundo atentado tras su retorno a Pakistán
La principal líder de la oposición en Pakistán, Benazir Bhutto, murió hoy en un atentado perpetrado cuando acababa de dar un mitin preelectoral en la ciudad de Rawalpindi, y que costó la vida a otras 20 personas.
La ex primera ministra Bhutto falleció a las 18.16 horas locales (13.16 GMT) en el Hospital General de Rawalpindi, ciudad vecina de Islamabad, a donde fue trasladada tras el atentado.
La líder del Partido Popular de Pakistán (PPP), que se encontraba en plena campaña para los comicios del próximo 8 de enero, llevaba sólo 71 días en Pakistán y había salido ilesa de un primer atentado el día de su regreso del exilio.
El inspector general de la Policía de Pakistán, Syed Marwat Shah, informó a la prensa de que Bhutto abandonaba el Parque Liaqat en el que había pronunciado su discurso cuando fue tiroteada por su atacante, quien poco después hizo estallar la carga explosiva que llevaba consigo.
Otras 20 personas murieron y 43 resultaron heridas por la explosión, según la fuente.
Bhutto saludaba a sus seguidores asomándose por el techo de su vehículo blindado cuando fue disparada en el cuello y la cabeza, precisó su consejero de seguridad, Rehman Malik.
Malik dijo que Bhutto se vino abajo tras los disparos, a los que siguió la explosión del terrorista suicida, el mismo que la había disparado.
No obstante, el marido de Bhutto, Asif Ali Zardari, que hoy anunció su viaje a Pakistán junto a otros familiares desde Dubai para acudir al entierro, dijo a un canal privado de televisión paquistaní que su esposa había sido disparada en el cuello después de la explosión y no antes.
En el atentado resultó también herida de gravedad la secretaria de Información de Bhutto, Sherry Rehman, informó el portavoz del Ministerio del Interior, el brigadier Javed Iqbal Cheema.
De acuerdo con el portavoz, la explosión del suicida causó grandes daños al vehículo de la opositora, que imágenes de televisión mostraron en llamas.
Fue también al paso de su vehículo cuando Bhutto sufrió el primer atentado, el pasado 18 de octubre, sólo unas horas después de aterrizar en el aeropuerto de la ciudad sureña de Karachi tras ocho años y medio de exilio.
En aquella ocasión, la opositora acababa de meterse en el interior del vehículo tras haber estado en su parte de arriba saludando a los cientos de miles de partidarios que habían acudido a recibirla.
Un total de 147 personas murieron en ese atentado, en el que medio millar quedaron heridas.
El ataque de hoy contra Bhutto siguió a un tiroteo que, horas antes, se había registrado en una concentración de partidarios del otro líder de la oposición paquistaní, el ex primer ministro Nawaz Sharif, también en Rawalpindi.
Tres activistas de la Liga Musulmana-N de Sharif murieron y siete quedaron heridos cuando un grupo de hombres armados abrieron fuego con fusiles AK-47 sobre la multitud que esperaba a Sharif, quien se encontraba todavía a varios kilómetros del lugar del suceso.
Varios testigos declararon al canal Dawn TV que los autores del tiroteo eran miembros del partido gubernamental, la Liga Musulmana de Pakistán-Q, que se disputa el voto de centro-derecha con la formación de Sharif.
El ex primer ministro, que acudió hoy al hospital en el que había sido ingresada Bhutto, calificó su asesinato de "momento más trágico de la Historia de Pakistán" y responsabilizó al presidente, Pervez Musharraf, de lo ocurrido por no ofrecer las suficientes medidas de seguridad a la opositora.
Sharif anunció que suspendía su campaña para los comicios de enero.
Musharraf, por su parte, convocó una reunión de emergencia junto al primer ministro, Mohammadmian Soomro, para analizar la situación, tras la que declaró tres días de luto nacional.
Mientras las fuerzas de seguridad eran puestas en estado de alerta, tiendas y gasolineras cerraban en varias ciudades del país y se registraban conatos de violencia de indignados seguidores de Bhutto.
En un breve mensaje televisado tras la reunión de emergencia, Musharraf calificó el fallecimiento de Bhutto de "gran tragedia nacional" y ofreció sus condolencias a las familias de las víctimas del atentado.
"Pido a todo el país que no descanse en paz hasta que terminemos con toda esta violencia", exhortó Musharraf.
El presidente pidió "valor" a sus ciudadanos para afrontar la situación, pero no hizo mención alguna a los comicios del próximo enero que, según había dicho Sharif, "carecen de significado" tras la muerte de Bhutto.
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