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Berdych, un acertijo fascinante para Nadal en Wimbledon

Reuters

Con Roger Federer fuera del camino y habiendo disipado cualquier duda sobre su estado físico, el tenista español Rafael Nadal afronta en la final del domingo un inesperado y fascinante obstáculo en su camino a su segundo título de Wimbledon.

y la primera desde 2002 en la que competirá contra Federer -, donde se medirá con Tomas Berdych, el checo con un poderoso tiro de derecha y potente servicio que amenaza con alterar el circuito masculino en los próximos años.

Sin embargo, en enero las cosas se veían mucho peor para el mallorquín, quien está a un paso de conseguir su octavo título de grand slam y lograr una enorme ventaja en el ranking mundial tras no poder defender su título de Wimbledon en el 2009.

Una lesión en la rodilla le impidió regresar al All England Club como campeón y en enero se retiró cojeando del partido de cuartos de final contra Andy Murray en el Abierto de Australia, debido a una tendinitis que le volvió a pasar factura.

Nadal sufrió once meses difíciles en los que no ganó un título del circuito y debió entregar el número uno del mundo a Federer, junto con sus campeonatos del Abierto de Francia y Wimbledon.

Pero una excelente temporada 2010 en la tierra batida de Europa y una buena campaña en el césped británico han disipado cualquier duda sobre el estado físico de Nadal y su posición como número uno del tenis.

"No gané un torneo en 11 meses", dijo tras imponerse a Murray en sets sucesivos en la semifinal del viernes. "Cuando pasas por malos momentos, esto lo valoras más. Pasaron muchas cosas en mi vida en los últimos años. Trabajé mucho para recuperar mi nivel", agregó.

El tenista español ha completado el ciclo.

Durante una increíble primavera, dominó las canchas de polvo de ladrillo, ganando los tres torneos masters sobre tierra batida antes de conseguir su quinto título en Roland Garros, lo que le devolvió a lo más alto del ranking mundial.

Berdych, sin embargo, es un rival intrigante.

Cuando el checo derrotó a Federer en los cuartos de final con un tiro ganador de derecha, quedó la sensación de un cambio de guardia, no muy distinta a cuando el propio suizo derrotó al siete veces ganador Pete Sampras en la cuarta ronda en 2001.

Tras vencer al seis veces campeón, Berdych superó sin problemas al número tres del mundo, el serbio Novak Djokovic, en sets consecutivos y finalmente consolidó su potencial.

Grandes cosas se esperaban del checo de 1,95 metros desde que debutó a los 18 años, siendo un desconocido, en los Juegos Olímpicos de 2004, donde venció a Federer, una derrota que el suizo suele describir como la más dolorosa de su carrera.

Si fue la falta de concentración, guía o confianza lo que demoró la consolidación de Berdych es algo que está abierto a debate, pero con sus actuaciones en Wimbledon finalmente está alcanzando su potencial.

Una mirada a sus partidos previos, sin embargo, confirma a Nadal como el favorito en las apuestas.

El manacorense lleva una racha de seis partidos y 14 sets ganados contra el checo, y su único encuentro previo sobre césped se decidió en sets consecutivos a favor de Nadal en los cuartos de final de Wimbledon en 2007.

Para cualquier otro esto podría inspirar tranquilidad, pero no para el humilde mallorquín.

"Es complicado hablar de favoritos porque Berdych ha hecho un torneazo, ganándole a (Roger) Federer y (Novak) Djokovic. El favorito es el que se lleva la copa a su casa", dijo Nadal.

"Fui mejorando ante jugadores que en cemento me costaban mucho porque jugaban agresivo y hacia delante. No sólo Berdych. También eran (James) Blake, (David) Nalbandián. He ido teniendo más recursos para combatirles. Pero no sólo se trata del saque o el resto. Sólo con saque o resto no se llega muy lejos. Se trata de jugar mejor", agregó.

Berdych alcanzó las semifinales del Abierto de Francia a principios de junio, pero ésta es su primera final de un grand slam en 28 intentos.

Su potencia y movimientos convincentes desde la línea de fondo lo sitúan como uno de los jugadores con mejor golpe de la nueva generación, como el sueco Robin Soderling, quienes actualmente están disfrutando de triunfos en los torneos mayores.

Su limpio servicio motiva comparaciones con el maestro checo Ivan Lendl, el último de sus compatriotas masculinos que llegó la final de Wimbledon en 1987.

Berdych, al igual que Lendl, tiene un comportamiento correcto en la cancha y se muestra respetuoso pero sin temor antes del partido del domingo.

"Sería malo decir que le temo a alguien", dijo después de vencer al petulante Djokovic.

"Estoy jugando bien, me siento muy bien, saludable, y espero el tener algo de energía restante para uno más (...) desde luego, espero con ansias el próximo y no tengo temor", concluyó.

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