Este artículo se publicó hace 14 años.
Berlanga, el erotómano
Paradojas históricas. A mediados de los años setenta Luis García Berlanga se convirtió en el editor de la mítica colección de literatura erótica La sonrisa vertical. En 1979 se crearon los célebres premios homónimos, organizados por la editorial Tusquets. Su jurado lo presidió desde su creación Luis García Berlanga, que premió novelas como Educación sentimental de la Sta. Sonia (Susana Constante, 1979), Las edades de Lulú (Almudena Grandes, 1989) y El mal mundo (Luis Antonio de Villena, 1999).
La paradoja es que, pese a la afición de Berlanga por el erotismo (coleccionaba además objetos y libros de alto contenido sexual), es difícil encontrar rastros de su obsesión en su cine. Échenle la culpa al franquismo. "Seguir por ese camino le hubiese obligado a cambiar algunos aspectos estéticos de su cine y le hubiese obligado a afrontar unos desafíos personales que quizá se hubiese planteado en otro momento, pero cuando hubo libertad en este país era ya tarde para él", explicaba Julio Pérez Perucha en el ensayo ¡Viva Berlanga! (Cátedra, 2009).
No es casualidad, por tanto, que Berlanga, que en 1975 rechazó adaptar el clásico de la literatura erótica Historia de O, filmara su gran obra erótica en Francia en los últimos meses del franquismo. Tamaño natural (1974), el más buñuelista de los filmes de Berlanga, contaba la tórrida historia de amor entre un respetable dentista (el actor francés Michel Piccoli) y su muñeca hinchable, a la vez que hacía una reflexión irónica sobre la soledad y la incomunicación.
Curiosamente Berlanga volvió a repetir con Piccoli en su otra incursión explícita en el erotismo: su testamento fílmico que acaba con un confesional "Tengo miedo": París Tombuctú (1999 pre), en la que Piccoli interpreta a Michel des Assantes, un prestigioso cirujano hastiado que acaba emprendiendo un viaje hacia Tombuctú, Calabuch mediante, para recuperar las ganas de vivir.
Berlanga resumió así un día su posición sobre el erotismo y la pornografía: "Yo, cuando me siento demagogo, digo que erotismo es cuando lo hacen los ricos y pornografía cuando lo hacen los pobres. El erotismo es la pornografía vestida de Dior".
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