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Beyoglu, entre la tradición y la modernidad

En el lado europeo de Estambul, al norte del Cuerno de Oro, se encuentra este barrio, uno de los que marcan las tendencias modernas de la ciudad desde tiempos históricos.

ÁNGEL M. BERMEJO

Aquí no están los grandes monumentos más conocidos, las mezquitas, los palacios y los grandes bazares. Es, en cambio, el lugar en el que las comunidades extranjeras establecieron las embajadas y las iglesias, y donde en el siglo XX se levantaron los grandes hoteles, las tiendas más lujosas, los edificios más suntuosos.

Todo este movimiento de modernidad se detuvo cuando la capital de Turquía se trasladó a Ankara y el barrio cayó en una especie de letargo. Sin embargo, Beyoglu se ha recuperado en los últimos años y ahora vuelve a representar las últimas tendencias al tiempo que mantiene parte del espíritu de hace décadas.

El eje del barrio es Istiklal Caddesi, la Avenida de la Independencia, que se extiende entre la plaza de Taksim y Tünel. Aquí conviven muchos mundos. El Estambul tradicional se encuentra en lugares como el café Patisserie Markiz (Istiklal Cad. 360-2), que todavía destaca por su mobiliario retro y sus murales de azulejos, o la pastelería Üç Yildiz (Dudu Odalari Sokak 15), donde se pueden comprar las delicias turcas más exquisitas.

Recuerdos de ese tiempo pasado son también los edificios de los consulados europeos, como el sueco o el ruso, los anticuarios de la zona de Çukurcuma o las antiguas galerías comerciales, como Çiçek Pasaji y el cercano Mercado de Pescado. También, en el hotel Pera Palas, donde se alojaban los pasajeros del Orient Express, y que actualmente se encuentra cerrado por reformas. Y, por supuesto, en el tranvía restaurado que recorre la avenida de un extremo a otro.

 

Otra faceta auténticamente turca de este barrio se encuentra en el Museo de la Literatura Cortesana, también conocido como Galata Mevlevihanesi, en un edificio que fue un antiguo monasterio de los derviches giróvagos.

Al lado de este Estambul tradicional se encuentra el más moderno. En la plaza de Taksim destacan el Centro Cultural Atatürk y el hotel Marmara Istambul, donde está el bar restaurante Kitchenette, abierto recientemente, un lugar relajado para un café o un piscolabis mientras se observa el bullicio permanente de la plaza.

Hace poco se ha abierto también el Museo Pera, donde se exhibe El entrenador de tortugas, la obra de Osman Hamdi Bey que se considera el canon de la pintura turca. En esta zona abundan las galerías de arte, pero la que se debe visitar es Galerist (Istiklal Cad. 311), que ofrece la obra de artistas jóvenes muy interesantes. Luego se puede aprovechar para subir al piso octavo. Allí está 360, uno de los bares-restaurantes con mejor vista del mundo. Desde la terraza la vista se extiendo sobre el Bósforo y la parte antigua de la ciudad. Hay más bares y restaurantes con vistas semejantes, y entre ellos hay que destacar Leb-i Derya Richmond (Istiklal Cad. 445), en el sexto piso del hotel Richmond, y sobre todo el Mikla (Mesrutiyet Cad. 167), en el último piso del hotel Marmara Pera, que para muchos es el bar-restaurante con más estilo de la ciudad; en la azotea dispone de un bar menos sofisticado pero donde piensas que puedes echar a volar sobre la ciudad.

Al nivel de la calle la oferta en bares-cafés-restaurantes varía entre el ambiente moderno de Kafe Ara (Tosbag Sokak 8ª), decorado con las fotografías de Estambul de su dueño, uno de los fotógrafos tucos más reconocidos, a la sofisticación de Schiller Chiemsee, (Istiklal Cad. 152). La mayor concentración de bares y restaurantes se encuentra en los callejones Nevizade Sokak (por detrás de Çiçek Pasaji) y Sofyali Sokak (cerca de la estación de Tünel), que alcanzan su máximo ambiente por la noche.


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