Este artículo se publicó hace 15 años.
Un boceto de Rafael y un cuadro de Rembrant alcanzan precios de récord
Ambas obras superan los 51 millones de euros
Un boceto de Rafael para unos frescos del Vaticano y un retrato pintado por Rembrandt en 1658, ambos en manos de particulares desde hace décadas, se han vendido en la casa londinense de subastas Christie's por 51,1 millones de euros.
Las obras se subastaron en el conjunto de una puja dedicada a los clásicos y al arte del siglo XIX.
El boceto de Rafael (1483-1520) superó todas las expectativas y se vendió por 28,8 millones de euros y el retrato de Rembrandt por 22,3 millones de euros.
Cabeza de una musa, un boceto que el maestro renacentista italiano dibujó entre 1508 y 1511 como preparación del Parnaso, uno de los cuatro frescos de la Sala de la Signatura del Vaticano, encargados por el Papa Julio II, fue objeto de una cerrada puja.
El dibujo del rostro de una de las musas de Apolo, de delicada línea e impresionante viveza, estaba valorado previamente en unos 16 millones de libras, precio ampliamente superado en la subasta.
Según Christie's, ésta es la primera vez en más de 150 años que esta obra, que perteneció al rey Guillermo II de Holanda, se ofrecía en subasta, y el precio pagado superó con creces el precio más alto pagado hasta ahora en una subasta por el dibujo de un clásico, que estaba en 8,1 millones de libras.
Esa fue la cifra que se desembolsó en julio del 2000 por el Cristo Resucitado de Miguel Ángel.
40 años 'desaparecido'Por su parte, Retrato de un hombre, de medio cuerpo, con las manos en la cintura del pintor y grabador holandés, que no había sido visto en público en 40 años, también superó el precio récord pagado hasta ahora por una obra de Rembrandt van Rijn (1606-669).
En 2000 se pagaron 19,8 millones de libras por Retrato de una dama de 62 años, en lo que fue el cuarto precio más alto jamás alcanzado por un clásico.
El cuadro vendido hoy es, junto a un autorretrato guardado en el Museo Frick de Nueva York, uno de los dos trabajos del artista datados en 1658, uno de los periodos más turbulentos y creativos del pintor, que entonces se declaró en bancarrota y se vio obligado a vender su estudio.
El cuadro, que tiene unas dimensiones de un metro de largo por 86 centímetros de ancho, muestra a un individuo desconocido que mira directamente al espectador posando con las manos en las caderas.
Anteriormente la obra se había vendido en 1930 en una subasta por 18.500 libras de la época, y después fue donada a la Universidad de Columbia (EEUU) en los años cincuenta, antes de ser adquirida por una coleccionista privado en 1974.
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