Este artículo se publicó hace 15 años.
La "Boli-manía" contagia a los británicos gracias a Dudamel y sus chicos
Los británicos parecen contagiados de lo que la prensa llama ya "Boli-manía" en referencia al entusiasmo de masas que está provocando en esta capital la Orquesta Juvenil Simón Bolívar de Venezuela.
No se había visto en Londres nada parecido desde la anterior visita de los jóvenes de esa orquesta con el inimitable Gustavo Dudamel al frente del conjunto creado por el profesor José Antonio Abreu.
La orquesta está durante esta semana en régimen de residencia en el centro artístico del South Bank londinense y sus ensayos y conciertos en el auditorio del Festival Hall originan auténtico delirio entre el público asistente.
"En los ensayos que hemos hecho en otros países también venía gente a vernos, pero nunca como aquí en Londres, en donde incluso se han vendido entradas y ha habido personas que se han quedado fuera porque no pudieron conseguir una. Esto ha sido lo más impactantes de la gira", subrayó en declaraciones a Efe Víctor Hugo Villarreal, un joven percusionistas de 23 años que forma parte de esta orquesta.
Los críticos británicos hablan de un fenómeno sin precedentes ya que de pronto cientos de jóvenes que no se habían interesado nunca por la música clásica, cuando no simplemente la despreciaban, parecen hechizados por la magia del conjunto venezolano.
Como señala el conservador "The Daily Telegraph", la Simón Bolívar no es "un capricho de la naturaleza, sino fruto de un proyecto iniciado hace ya 34 años por el Gobierno venezolano, que brinda a cada muchacho o muchacha, por pobres que sean, la oportunidad de recibir clases de música y el correspondiente instrumento para practicar".
Dudamel, el joven maestro al que se disputan ya las mejores orquestas del mundo, es producto de ese sistema, y los músicos de la Orquesta Juvenil Simón Bolívar son los extraordinarios embajadores de una forma de entender la vida, según destacan aquí todos los medios de comunicación.
Contagiados por el entusiasmo general, los críticos musicales británicos han dado cinco estrellas, la máxima puntuación, al primero de los varios conciertos que ofrecen esta semana los jóvenes intérpretes, de los que destacan su enorme entrega y profesionalidad.
El concierto para orquesta del húngaro Béla Bartók y la Cuarta Sinfonía del ruso Tchaikovsky sirvieron para que los músicos lucieran su hipersensibilidad al ritmo, la potencia de sonido en cada clímax, y sobre todo una energía que parece brotar a raudales.
Pero el entusiasmo entre el público alcanzó el paroxismo con los ritmos de "Estancia", de Ginastera, y de "West Side Story", de Bernstein, que la Simón Bolívar ofreció generosamente como propina.
"Leí en la prensa hace unos días que venía esta orquesta y me interesa mucho lo que están haciendo. Por eso compré unas entradas junto a unos amigos y, por el momento, está siendo absolutamente alucinante", señaló a Efe Michael Cudey, uno de los asistentes a los ensayos.
Una pantalla gigante en el hall de entrada del Southbank Centre permite que los sigan también en directo quienes no han conseguido entrada, y son también muchos los visitantes del South Bank que se detienen para seguir las evoluciones electrizantes de los músicos de la "Simón Bolívar".
Nada más finalizar los ensayos, muchos espectadores se acercan a la tarima para felicitar a los jóvenes venezolanos por su actuación, además de preguntarles más datos sobre "El sistema" ideado por Abreu.
Pese a la aclamación del público, el director Gustavo Dudamel recuerda en ocasiones a sus jóvenes colegas: "Mucho mejor, pero nunca perfecto".
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