Brasil y España resucitan la crisis de los repatriados

Cuatro turistas españoles fueron rechazados el domingo por la noche en el aeropuerto de Salvador de Bahía y obligados a regresar en el avión en el que llegaron desde España, pese a cumplir los requisitos de acceso al país iberoamericano y sin ofrecerles razones para su expulsión.

Así lo explicó ayer a Efe Álvaro Fernández Heredia, profesor universitario que viajaba junto a otros tres amigos para conocer distintas zonas del país durante tres semanas y que sospecha que el rechazo se debe a que un día antes cinco brasileños fueron expulsados de Barajas de vuelta a su país.

Este último hecho fue recogido de forma exhaustiva por los medios de comunicación brasileños, que hablaban de presuntos malos tratos hacia sus compatriotas por parte de la policía española en el aeropuerto internacional.

Aunque portaban consigo toda la documentación necesaria, una policía federal del aeropuerto les interceptó argumentando que sólo tenían reservas para tres días en Salvador de Bahía, añadió Fernández Heredia. Sin embargo, llevaban el resto en las maletas, pero la agente federal no quiso comprobarlo y en apenas media hora ordenó la vuelta del grupo a
Madrid, con lo que perdieron su dinero y sus vacaciones.

La Policía Federal negó asimismo a los españoles la opción de denunciar los hechos o rellenar hojas de reclamación y se opuso a precisar por escrito los motivos de la expulsión. Al recurrir a otros agentes de la Policía Federal, la respuesta fue que tenían la opción de subir inmediatamente al avión de Air Europa o pasar las noches siguientes en el calabozo.

La aerolínea argumenta, según los afectados, "que ellos no tienen la culpa y, por lo tanto, no tienen que darnos ningún tipo de indemnización". El Ministerio de Asuntos Exteriores alega "que no pueden hacer nada", aunque el grupo va a insistir para entrevistarse con alguno de sus responsables.

A juicio de Fernández Heredia, toda la situación que les ha tocado vivir demuestra "una indefensión total y que la ley no nos ha servido"."Ahora no hay nada que hacer, lo hemos perdido todo, pero al menos pretendemos cogernos una furgoneta y recorrer" algún país cercano, porque "viajar aBrasil se ha convertido en una lotería".