El crudo Brent, de referencia en Europa, cerró hoy al alza en el mercado de futuros de Londres tras marcar durante la sesión un nuevo récord de 107,88 dólares, alentado por la la nueva caída del dólar.

El barril de Brent para entrega en abril cerró finalmente a 107,54 dólares en el International Exchange Futures (ICE), 1,27 dólares más que al cierre de la jornada anterior.

La escalada del Brent coincidió con la del Petróleo Intermedio de Texas (WTI), de referencia en Estados Unidos, que ha pulverizado marcas al superar hoy, por primera vez, la barrera de los 111 dólares.

La carrera alcista del crudo estuvo ocasionada por la caída del dólar frente al euro, según señalaron los analistas.

El euro batió hoy otro récord frente al dólar tras sobrepasar los 1,56 dólares en el mercado de divisas de Fráncfort (Alemania), en un contexto de incertidumbre con respecto a la economía de EEUU, primer consumidor energético del mundo.

Esa debilidad del dólar hace que se abaraten materias primas como el petróleo o el oro -que se comercian en la moneda estadounidense- para inversores que manejan divisas más fuertes, lo que acaba por estimular la demanda de crudo.

"El dólar sigue a la baja y hay pocos inversores que crean en una pronta recuperación del billete verde y de la economía de Estados Unidos", comentó Andrey Krychenkov, analista de Sucden.

Los expertos también consideran que el encarecimiento del crudo está espoleando la inflación la inflación en numerosos países, incluido EEUU, que podría entrar en recesión.

Asimismo, la preocupación de los mercados ante la falta de suministro contribuye al encarecimiento del petróleo, sobre todo si se tiene en cuenta el aumento de la demanda por parte de economías pujantes como China e India.

De forma parecida al Brent, el precio del barril del crudo referencial de la OPEP encadenó un cuarto récord histórico consecutivo al venderse el miércoles a 101,38 dólares, informó hoy en Viena el secretariado de la organización petrolera.

La OPEP decidió la semana pasada mantener su nivel de bombeo a pesar de la fuerte tendencia alcista de los precios y la continua presión de EEUU para que aumente el nivel de oferta.