Este artículo se publicó hace 17 años.
Brillante y vital, Cecilia Bartoli viaja al Romanticismo con La Malibrán
Rodeada de gran expectación y llena de vitalidad, la mezzosoprano Cecilia Bartoli trae a España su proyecto de recuperación de la diva del Romanticismo María Malibrán, un fascinante personaje de origen español, emprendedora como ella, que la ha llevado a rescatar una vocalidad olvidada y el espíritu de la individualidad.
Se trata de un disco, titulado "María", y una gira de conciertos que se complementa con un trailer-museo itinerante donde se exhiben ochenta piezas de la diva del siglo XIX, procedente de una influyente familia de músicos y que la mezzosoprano italiana define como exhuberante, pasional, moderna, políglota, casi "anti-sistema" y precursora del divismo pop.
Cecilia Bartoli se encuentra en Madrid, donde comienza la gira española el próximo viernes en el Teatro Real, junto a cuya fachada -en la calle de Felipe V- se encuentra instalado hasta el día del concierto el trailer-museo, que ha visitado esta mañana el ministro de Cultura, César Antonio Molina.
Después viajará a Barcelona para cantar el domingo en el Palau de la Música y donde se instalará la exposición itinerante en la Plaza de la Catedral. El resto de la gira española está programada para el mes de febrero en Las Palmas de Gran Canaria, Tenerife, Sevilla, Valladolid, Valencia, Zaragoza y San Sebastián.
Tras su arrollador éxito con su disco "Opera proibita", en el que recuperaba piezas olvidadas del Barroco, Cecilia Bartoli muestra en este trabajo su fascinación por María Malibrán (1808-1836), personaje que fue descubriendo, "despacio, despacio", a partir de que su productor la regalara un retrato.
Un intenso trabajo de investigación junto con la Orquesta Barroca del Teatro de la Ópera de Zurich, la ha permitido rescatar 16 piezas escritas por y para esta mezzosoprano del XIX, cuya voz era un "instrumento increíble -podía cantar tres octavas- y de gran amplitud".
Ocho de estas piezas son grabaciones inéditas, como el aria flamenca que Bartoli canta acompañada de castañuelas y que escribió el padre de La Malibrán, el sevillano Manuel del Pópulo Vicente García.
"El disco -que alterna partituras de Donizetti, Rossini, Mummel o Bellini- quiere llevar a quien lo escuche por un viaje a través de la música pre-romántica; volvemos a los instrumentos originales basándonos en los escritos de los compositores de la época y rescatamos una vocalidad casi olvidada", explica la cantante italiana.
Reconoce que adentrarse en la personalidad de esta independiente mujer la ha llevado a replantearse la importancia de la "individualidad", en un mundo donde "vivimos una globalización muy generalizada".
La mezzosoprano, risueña y expresiva, no oculta sus puntos de conexión con la diva del XIX. Ambas debutaron con "El barbero de Sevilla" de Rossini, y mientras La Malibrán viajaba en calesa -era una habitual jinete que falleció como consecuencia de una caída del caballo con tan sólo 28 años-, Cecilia Bartoli pasea por toda Europa con su trailer-museo.
Es ésta una iniciativa singular para una cantante de ópera, que está convencida de la necesidad de divulgar la música clásica, llevarla a la calle, y que, para ello, acaba de crear su propia fundación.
En la cumbre de su carrera, que para muchos es la más brillante del firmamento de la lírica y en la que da prioridad a sus proyectos frente a las actuaciones en grandes teatros del circuito operístico, Cecilia Bartoli habla así de su momento profesional: "tengo 41 años y canto desde los 20. Es el momento de recoger los frutos del trabajo de estos años y de la experiencia".
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