Este artículo se publicó hace 15 años.
Brown defiende la guerra ante una opinión pública más hostil
El primer ministro dice que la seguridad británica depende de la operación
Cincuenta militares muertos en este verano y el sospechoso resultado de las elecciones presidenciales afganas están poniendo a prueba la credibilidad del Gobierno británico al justificar la presencia en Afganistán. Gordon Brown intentó ayer jugar la carta del discurso centrado en las razones de la guerra con una intervención plagada de razones ya empleadas sin mucho éxito en el pasado.
El primer ministro explicó, a veces de forma mecánica y con la misma falta de pasión que le caracteriza en sus intervenciones públicas, que la seguridad de los británicos en sus propias ciudades depende del resultado de la aventura bélica de Afganistán. Si los talibanes vencen, Al Qaeda podrá utilizar el país "como santuario para planear y lanzar ataques contra el Reino Unido y el resto del mundo", dijo Brown.
Lo más preocupante para la opinión pública es que Brown dejó en manos de las desprestigiadas autoridades afganas la llave para un futuro repliegue de los soldados. "Habremos tenido éxito cuando nuestras tropas vuelvan a casa porque los afganos ya son capaces de asumir solos su responsabilidad" en materia de seguridad, explicó. Es un mal augurio depender de un Gobierno como el de Karzai, incapaz de hacer frente a la corrupción de sus propios aliados y progresivamente distanciado de los países occidentales.
Brown intentó emplearse a fondo pero el mensaje ni siquiera convence ya a todo su partido, tampoco a los que están a favor de continuar en Afganistán. Unas horas antes del discurso, el diputado laborista Eric Joyce dimitió como asesor parlamentario del ministro de Defensa. Joyce dijo después que no cree que el pueblo británico esté dispuesto a continuar apoyando por tiempo indefinido la presencia militar en razón de una indefinida amenaza terrorista.
Con la convocatoria electoral de 2010 en mente, a Brown le preocupa mucho más la portada del diario sensacionalista The Sun de hace unos días. Con un fondo de fotografías de soldados muertos, el periódico sensacionalista se preguntaba: "¿No sabe que hay una maldita guerra?" Se dirigía a los políticos en general, pero el principal destinatario era Brown.
Medios insuficientesEl Gobierno no ha conseguido impedir que cale en la opinión pública la idea de que no presta a las tropas los medios necesarios para enfrentarse a los talibanes. Muchos periódicos británicos continúan exaltando al Ejército con la idea, no basada en ningún hecho real, de que podrían conseguir la victoria con más helicópteros o mejores medios de transporte.
Brown destacó ayer lo mucho que sufre cada vez que se produce una nueva baja y negó que los militares estén desasistidos.
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