Este artículo se publicó hace 14 años.
Brown quiere seguir liderando el laborismo salvo sufrir una espectacular derrota
El primer ministro británico, Gordon Brown, se propone seguir al frente de los laboristas tras las próximas elecciones, previstas para el 6 de mayo, a menos de sufrir una espectacular derrota a manos de los conservadores de David Cameron.
Según informa hoy el diario The Times, Brown ha comunicado esas intenciones a sus más íntimos y las justifica señalando que sus enemigos dentro del laborismo están demasiado divididos entre sí como para forzar su salida.
Gordon Brown cree que "si las elecciones de mayo no son concluyentes y si hay posibilidades de unos segundos comicios, los laboristas no deberían sumirse inmediatamente en una sucia batalla en torno al liderazgo del partido", dijo al periódico una fuente laborista.
Según The Times, tan "osada estrategia" del Primer Ministro no puede sino enfurecer al importante sector del partido, incluidos algunos ministros, que atribuyen precisamente a su liderazgo la caída en los sondeos y creen que el laborismo necesita a alguien nuevo al frente.
Dado que muchos de sus críticos más feroces no van a volver a presentarse a las elecciones y otros van a perder su escaño, Brown cree que podrá salirse finalmente con la suya, escribe el periódico.
Según las fuentes consultadas, Brown seguramente insistirá en seguir al frente del partido si los "tories" de Cameron no logran en las elecciones una mayoría de más de una veintena de escaños.
Un empate electoral o una victoria mínima de los conservadores podría resultar en la convocatoria por Cameron de unas segundas elecciones, en cuyo caso no tendría mucho sentido que los laboristas cambiasen de caballo.
Entre los laboristas que podrían optar a la sucesión de Brown en el caso de un batacazo electoral figuran el ministro de Exteriores, David Miliband, el de Educación, Ed Balls, y su segunda en el liderazgo del partido, Harriet Harman.
Un sondeo de la empresa YouGov publicado hoy da a los conservadores nueve puntos de ventaja frente a los laboristas: 40 por ciento frente al 31 por ciento, con un 18 por ciento para los liberales demócratas.
Un resultado de ese orden dejaría a los tories a ocho o nueve escaños del número necesario para la mayoría absoluta.
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