Este artículo se publicó hace 15 años.
Brown recalca su apoyo al nuevo sistema de supervisión pero con límites
El primer ministro británico, Gordon Brown, mostró hoy su apoyo a la reforma del sistema comunitario de supervisión financiera, pero recalcó que no aceptará ceder a autoridades supranacionales la potestad de decidir sobre las responsabilidades presupuestarias en caso de problemas en una entidad.
En declaraciones a los periodistas antes de reunirse con el resto de líderes de los Veintisiete, Brown insistió en la necesidad de establecer un nuevo marco de vigilancia del sector financiero, tanto en la UE como en el mundo, para evitar que se repitan en el futuro los errores que desencadenaron la actual crisis.
Según el primer ministro británico, en línea con los compromisos adquiridos por las potencias del G20, los Veintisiete deben mejorar los mecanismos de detección de amenazas a la estabilidad financiera, aumentar la cooperación entre países en materia de supervisión y garantizar que los estándares y reglas comunes se aplican de manera efectiva.
Por eso, aseguró que respalda la creación de un nuevo Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos -encargado de emitir alertas y recomendaciones si detecta riesgos para la estabilidad del sistema financiero en su conjunto-.
En opinión de Brown, un órgano como éste podría haber evitado "algunas de las cosas que han sucedido" en la actual crisis.
Reino Unido también está de acuerdo en mejorar la supervisión transfronteriza, algo cada vez más necesario dada la creciente integración del sector financiero europeo, y en reforzar la legislación común sobre la materia.
Pero en ningún caso admite que las autoridades nacionales pierdan capacidad decisoria en cuestiones que puedan afectar al presupuesto del país.
Según la propuesta genérica que ha hecho la Comisión Europea y que hoy deberán discutir los líderes de la UE, las nuevas autoridades europeas de supervisión -para los sectores de banca, seguros y bolsa- se encargarán, entre otras tareas, de mediar entre los organismos nacionales de supervisión.
Una minoría de países, liderados por Reino Unido, teme dar a esas autoridades la última palabra a la hora de decidir, por ejemplo, cómo repartir las responsabilidades en caso de quiebra de una entidad con presencia en varios países.
Pero, tal y como recordó Brown, el Consejo de Ministros de Finanzas de la UE (Ecofin) ya acordó que el ejecutivo de la UE tendrá que clarificar adecuadamente esta cuestión cuando, el próximo otoño, presente las propuestas legislativas concretas, garantizando que esos poderes "no vulneren de ninguna manera las responsabilidades fiscales de los Estados miembros".
El mandatario británico incidió en que en ningún caso se puede excluir a las autoridades nacionales de una decisión que afecta de manera directa al dinero de sus contribuyentes.
Por último, respecto a sus reservas sobre que sea el presidente del Banco Central Europeo (BCE) el que lidere el nuevo Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos -dado que Reino Unido no está representado en el BCE, al no pertenecer al euro-, Brown dijo que "hay que seguir discutiendo", aunque dejó claro que no es una cuestión demasiado importante.
En el último Ecofin, los Veintisiete ya discutieron la posibilidad de que la presidencia del nuevo órgano pueda recaer en el gobernador de un banco central de fuera del euro para despejar las reticencias de los Estados miembros que no forman parte de la moneda única.
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