Este artículo se publicó hace 13 años.
Bruselas alerta al próximo Gobierno español de que harán falta más medidas
La Comisión atribuye la presión a España a la "incertidumbre y nervios" de los mercados
La Comisión Europea pide aguantar el pulso. Según el portavoz comunitario de Economía, el interés récord que ayer comprometió España en la subasta de deuda "refleja sin duda la incertidumbre y el nerviosismo en el mercado", que demanda cada vez más seguridad ante el incierto destino de la eurozona. Según Amadeu Altafaj, "la mejor manera de calmar las tensiones es aplicar los acuerdos europeos a rajatabla", tanto los de la última cumbre, que esperan un compromiso por escrito de Grecia, como la reducción del déficit público de todos los socios del euro.
Pero eso no implica que España no tenga nada que hacer, a vista de la Comisión. En el caso español, dice, "todos los elementos están conectados" y el contagio de los problemas de Grecia e Italia está perjudicando gravemente a la credibilidad de las finanzas públicas. Por eso, al nuevo Gobierno, previsiblemente dirigido por Mariano Rajoy, le alertó ayer de que "la confianza no se crea de la noche a la mañana" y harán falta más que gestos para calmar las dudas de los especuladores. "La confianza se genera también con medidas adicionales, si son necesarias", añadió Altafaj, para quien esto puede ser muy posible tras los últimos datos de crecimiento, que apuntan a un parón de la economía.
Altafaj aludió directamente al gasto de las comunidades autónomas y recordó que tanto el Gobierno central como los regionales ya anunciaron más esfuerzos de consolidación fiscal. El portavoz eludió pronunciarse sobre si España cumplirá con el objetivo de déficit fijado para este año, del 6% del PIB, y pidió esperar a tener "los datos". Entonces, añadió, "discutiremos con el Gobierno que esté los pasos a seguir", lo cual ya implicaría que no tiene excesiva confianza en que se alcance.
Mientras, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se mostró ayer claramente preocupado por la posibilidad de que la crisis de deuda contagie a la economía real. "Las dudas en cuanto a la solvencia de las arcas públicas de los países afectados es mayor que nunca antes", aseguraba Schäuble, para quien las reacciones de los mercados "no son siempre racionales". En primer lugar, dijo, no hicieron distinción entre las deudas de los distintos países y después "exageraron", hasta llevar las primas de riesgo hasta cotas que "dejan de ser racionales".
No obstante, confía en que Italia y Grecia tengan más éxito con sus nuevos gobiernos, algo en lo que está de acuerdo la canciller alemana, Angela Merkel, quien no tardó en instar ayer al Gobierno italiano a que avance en el saneamiento de sus finanzas, con reformas y recortes, rápidamente.
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