No criminalizar a los consumidores, pero sí sensibilizarles. Con este espíritu, la Comisión Europea lanzó ayer la Acción Europea contra la Droga, una campaña que cuenta con una red de 21 asociaciones en la mayoría de los 27 Estados miembros para 'movilizar a la sociedad civil', en palabras del comisario de Justicia, Libertad y Seguridad, Jacques Barrot.

La iniciativa coincide con el Día Mundial contra la Droga, promovido por la ONU. Entre los participantes está el programa Hablemos sobre drogas, de la Fundación La Caixa.

El objetivo es 'mostrar a los jóvenes que su libertad está en peligro, que se arriesgan a caer en una forma de dependencia terrible', aseguró Barrot. Y recordó que estas sustancias hacen que los jóvenes estén 'más aislados' porque 'dificulta las relaciones con los otros'.

El comisario confió en que el intercambio de buenas prácticas mitigue el gran problema: una demanda que no disminuye, sino que crece en muchos países de la Unión Europea. Las drogas matan a entre 7.000 y 8.000 personas al año en la UE, según las estadísticas comunitarias.

Durante la presentación, se anunciaron los pilares que la estrategia de Bruselas pretende cimentar: reducir la demanda de estupefacientes, así como su oferta, mejorar la cooperación internacional y la sensibilización del fenómeno.

La crisis económica y la inestabilidad política que afecta de lleno a algunos países parecen haberse convertido en un aliado imprevisto para los objetivos de la UE. Según la Oficina de la ONU contra las drogas, la superficie dedicada al opio en Afganistán, el mayor productor del mundo de heroína, se redujo el año pasado en un 19%.

La producción de cocaína sufrió en Colombia una evolución similar, con una caída del 18%, lo que según la ONU ha repercutido en el consumo. Sin embargo, el informe anual de esta organización muestra un aumento en el uso de anfetaminas y drogas sintéticas.