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Buenafuente: "No soporto más ver a Belén Esteban"

El presentador afronta su tercera temporada en La Sexta.

REBECA FERNÁNDEZ

Podría ser el vecino de al lado, o el tipo que cada mañana se sienta a leer el periódico en la terraza del bar de la esquina. Se llama Andreu Buenafuente y, además de ser un tío normal, se dedica a llevar la vida cotidiana a la noche televisiva recurriendo al filtro del humor. Confiesa que para él la tele es todo un 'arte', y que se dedica a esto porque se lo pasa bien. Ahora afronta la sexta temporada de su programa, la tercera en La Sexta, con ganas de mejorar y teniendo muy claro que su equipo y él son 'unos privilegiados'.

¿Cuáles son las novedades de su programa para esta temporada?

La principal novedad es estar vivo hoy día en la televisión. Este programa de largo recorrido siempre se está reinventando. Creo que en esta temporada va a recoger lo mejor del año pasado, y Berto y yo vamos a compartir todavía más minutos en antena y a explotar nuestra relación. Además, se incorpora Ana Morgade, que es una muy buena cómica, una mujer a la que le gusta improvisar y que viene que ni pintada para un programa tan masculino como este.

¿Qué retos se ha impuesto para esta nueva etapa?

Pasármelo bien como hasta ahora y renovar mi compromiso con este curro. Esto ya no es pasta. Nosotros ya hemos ganado mucho dinero en nuestra vida, y se trata de mejorar tu propia carrera, de traer mejores invitados. Yo me muevo así, y no lo digo para quedar como el bueno y el listo de la película, es que yo soy así. Al equipo le decía el lunes: 'chicos hay que hacer un programa mejor que el de la temporada pasada'. Y en eso estamos.

Con tanta crisis y Gripe A, ¿el humor es la solución para que el público se olvide?

Creo que sí. Es otro tópico pero más vigente que nunca. La cosa realmente está triste, gris y apática. Estamos preocupados. Creo que llegar por la noche y que haya unos tipos que están locos y se ríen de todo me parece que es muy sano, lo peor de todo esto es que no lo puedo ver yo. A estas alturas de la película, yo me lo paso muy bien y digo sinceramente que yo hago esto porque me lo paso bien. Es curativo e higiénico. Acabas la temporada hecho polvo, pero con una felicidad y no sé si todo el mundo puede decir lo mismo. Somos unos privilegiados.

¿Y cómo les está afectando a ustedes la crisis?

En la cocina de los programas se ha hecho un gran esfuerzo para adaptarnos a la crisis. Yo cobro cada vez menos, pero me lo paso cada vez mejor. Es algo que me tiene inquieto porque no sé si es bueno o malo, pero lo que sí está claro es que tú no puedes ser un pijo del espectáculo. Los tiempos han cambiado y todos estamos ganando menos. Lo que pasa es que nuestra labor es intentar que no se note y lo vamos a conseguir.

¿Va a luchar por emitir su programa un poco más temprano?

No, ya he desistido. Creo que se podría mover, pero todo eso pertenece a un mundo que se me escapa. Creo que las programaciones en España, todas deberían ir un poquito antes, porque este país ya no es el país trasnochador, de cachondeo, aquí la gente se levanta a las siete.

¿A qué invitados quiere llevar a su programa esta temporada?

Sigo las indicaciones que va dando el mercado, con las promociones, por ejemplo. Pero la tele no pasa un buen momento, y yo he detectado que hay mucha gente que no quiere ir a la televisión, sencillamente porque ya no es lo que era. Antes tú sacabas un disco o un libro y tenías que ir a los programas, ahora puedes vivir perfectamente sin ir a la televisión. Estoy intentando llevar a mi mundo a personajes que en algún caso han sido maltratados, ignorados por la tele actual. Tengo una deuda pendiente, que es entrevistar a Fernando Alonso y a Javier Bardem.

Y de todos los personajes que han pasado por 'Buenafuente', ¿a cuál le ha gustado más entrevistar?

Hay muchos, pero yo destaco a Concha Velasco porque simboliza el invitado ideal. Una persona muy querida pero al mismo tiempo moderna, muy artista y muy persona. Al ver a la gente a la que invito, se puede deducir que es gente que está un poco bien de la cabeza. Yo veo otros programas y pienso que a mí no me gustaría ser el presentador de algunos programas y lidiar con esos invitados. Los míos son gente sensata, divertida y que sabe estar.

¿Y usted cómo es?

Tampoco voy a automitificarme, ni decir lo que no soy, pero intento ser bastante de verdad. Lo que pasa es que el Buenafuente que sale tiene un montón de cosas. Tiene mucho de Andreu, pero luego tiene un toquecito de cómico y un toque de un tío que se hace el tonto, que no entiende el mundo, aunque creo que lo entiendo más de lo que digo en los monólogos. Tienes que intentar dar un poquito de verdad. Con la edad también esto te lo propones, porque yo ya llevo mucho tiempo y cuando digo algo que no me creo, se me nota en la cara. Entonces pido siempre un guión cada vez más acorde con mi carácter. Estoy ahí diciendo lo que pienso y riéndome de todo. Nosotros nos inspiramos en el periódico del día. Le damos a la vida la traducción a humor. Pero eso lo hace la gente continuamente y yo lo digo en televisión, un poquito más pensado, porque tengo tiempo para escribirlo y trabajarlo.

¿Qué valoración hace de la tele que se hace ahora mismo en España?

Hace un tiempo decía que no me gustaba hablar porque entre el gremio deberíamos apoyarnos. Pero eso ya ha caducado, porque no creo mucho en este gremio. Esto es una carrera loca, ya no de la Fórmula 1, sino de los autos locos. Sin yo creerme nada del otro mundo, me parece que el nivel es muy bajo, el compromiso con uno mismo de los programas es bajo o nulo, por no hablar de la carga ética o moral. Quizás soy un poco tonto o un poco romántico, pero todavía creo en una tele en la que tú aportas algo y vas a mejorar la ya existente. Para mí esto es un arte, pero por lo que veo para muchos no, es un fast food, y una reiteración que, por cansina, es irritante. No soporto ya más ver a Belén Esteban. Podían dar un contenido nuevo.

¿Qué programa de la competencia le gustaría presentar?

A mí me gustaría ser Karlos Arguiñano, es mi ídolo. Creo que es el mejor comunicador de este país. Un tipo que con una cámara y una sartén está más de media hora hablando, me parece un genio y es uno de los hombres más divertidos que conozco. En otra vida me gustaría ser Arguiñano. No en esta, que no sé hacer ni un huevo frito.

¿Está preparando un nuevo libro?

Hemos descansado un año de monólogos, que llevamos muchos, y me estoy preparando una cosita. En lo que sí estoy muy metido es en el mundo internetero. Quizá por mi carácter, me gusta más lo nuevo, y creo que los lenguajes nuevos de comunicación están en internet. El libro es más tradicional y, aunque es un soporte que no morirá, hay otros más emocionantes ahora.

¿En qué punto está la propiedad de El Terrat?

Es ya otra vez de los socios originales. Se vendió a un grupo de comunicación francés para formar parte de un grupo europeo, etapa que acabó en diciembre del año pasado. Y en enero volvía a ser propiedad de los socios originales. Aquellos que vendimos hemos devuelto todo el dinero a los compradores, porque consideramos que era inviable. Creo que es un cierto retorno a los orígenes, porque volvemos a ser los de siempre luchando en nuestro barquito de vela en mitad del océano. Además, este año vamos a lanzar El Terrat TV, que es una página de vídeos exclusivos para Internet. A mí lo que más ilusión me hace ahora es mi programa y El Terrat.TV, que en octubre empieza su andadura y en enero será el despegue definitivo.

Entonces, ¿no tienen ganas de volver a vender?

No. Ahora la cosa está tranquila.

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