Bush llegará hoy a Alemania para una despedida que no provocará lágrimas

El presidente estadounidense, George W. Bush, llega hoy a Alemania procedente de Eslovenia, donde asistió a la cumbre anual de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, para una visita de despedida que provocará más alivio que lágrimas.

"No hay ninguna razón para llorar, más bien al contrario. Entre Bush y los alemanes no hay una pizca de simpatía, respeto y afinidad política", escribe hoy el "Frankfurter Rundschau" en su editorial.

"Bush será recordado como el presidente que llevó el mundo a una guerra fatídica, basó su política en la mentira, que predicó libertad y creó Guantánamo", agrega el diario y aventura que "su sucesor en la Casa Blanca, se llame Obama o McCain sólo puede ser para mejor".

En esa misma línea, el "Berliner Morgenpost" recordó que Bush, con "su retórica marcial y fundamentalismo religioso" se convirtió en el presidente estadounidense menos valorado por los alemanes.

"Sólo el 30 por ciento tiene una opinión positiva del país que les ayudó a superar la tragedia de la Segunda Guerra Mundial", recuerda el rotativo.

Para el "Badische Neueste Nachrichten", cuando "este tejano diga adiós al Viejo Mundo se llevará consigo nuestro suspiro liberador, pues su decepcionante mandato ha sido una sucesión de daños".

La visita de Bush a Alemania, primera escala en su gira de despedida en Europa, responde a una invitación de la canciller Angela Merkel, la "amiga y aliada fiable" que este presidente no encontró en el anterior jefe del gobierno alemán, Gerhard Schröder.

Schröder, al frente de un gobierno de coalición de socialdemócratas y verdes, se unió a Francia contra la invasión de Irak por considerarla infundada e ilegal, lo que provocó serias tensiones entre la Casa Blanca y la Cancillería.

La entonces ministra de Justicia, Herta Daeubler-Gmelin acusó al gobierno Bush de inventar razones para la guerra como hicieron los nazis en su época -palabras que después retiró- y Washington dividió Europa entre la "nueva Europa" -con gobiernos dispuestos a secundar la invasión- y la "vieja Europa" de sentimientos anti-americanos.

Merkel recompuso con pragmatismo y derroche de carisma personal la relación transatlántica, pero Bush no logró recuperar la confianza perdida entre los alemanes, orgullosos de representar los valores democráticos y legalidad internacional de la "vieja Europa".

La despedida de Bush de Alemania comenzará esta noche con una cena privada de los matrimonios Bush y Merkel-Sauer en el castillo de Meseberg, residencia para invitados del gobierno germano situada a unos 60 kilómetros al norte de Berlín.

El primer dignatario extranjero que se hospedó en Meseberg, fue precisamente otro exponente de aquella "vieja Europa", el presidente francés, Jacques Chirac.

Las conversaciones políticas entre Bush y Merkel tendrán lugar en ese mismo escenario mañana, pero ante la proximidad de la salida de Bush de la Casa Blanca no se esperan decisiones.

Hablaran, no obstante, de la situación económica mundial y de una asociación comercial transatlántica, de Irak, Afganistán, Oriente Medio, terrorismo internacional y del conflicto nuclear con Irán.

Antes de iniciar su viaje a Europa, Bush volvió a plantear la opción militar si Teherán mantiene su negativa a cooperar con la comunidad internacional y hace fracasar las conversaciones en curso.

Alemania reiteró a través de sus portavoces que, pese a la escasa cooperación mostrada por Irán, la vía para solucionar el conflicto es la diplomática.

Está previsto que Bush y Merkel hablen también en Meseberg, de la lucha contra el cambio climático, del G-8 que se celebrará a medidos de mes en Japón y de las relaciones con Rusia.

Su nuevo presidente, Dimitri Medvèdev visitó la semana pasada Alemania, donde advirtió contra el aislamiento de Rusia en la política de seguridad europea y propuso la elaboración de un tratado vinculante sobre seguridad en el continente.