Este artículo se publicó hace 16 años.
Bush presenta mañana su polémico presupuesto para el nuevo ejercicio fiscal
El presidente de EE.UU., George W. Bush, presenta mañana el presupuesto del nuevo ejercicio fiscal que, con una dotación de más 3 billones de dólares, promete desencadenar una nueva batalla con la mayoría demócrata del Congreso.
Si bien el ejercicio fiscal 2009 arranca el próximo mes de octubre, el presidente debe presentar su contenido mañana, con objeto de avanzar en su debate y trámite parlamentario, que se prevé muy complicado.
En un momento en que la economía se encuentra al borde de una recesión, y con un ambicioso plan de estímulo financiero sobre la mesa, los expertos afirman que temas como el recorte de impuestos o la financiación de la guerra de Irak encontrarán un duro opositor entre los demócratas, que dominan el Congreso.
De hecho, la Casa Blanca ha planteado un presupuesto que expande un 5 por ciento el gasto de defensa, pero que recorta programas sociales, como la cobertura de la salud para los más desfavorecidos, conocido como Medicare.
Como resultado, el presupuesto contempla un déficit presupuestario de unos 400.000 millones de dólares para el 2008 y el 2009, muy por encima de los 163.000 millones que se registraron en el 2006.
En parte, este incremento tan abismal se debe al plan de estímulo económico que Bush ha pactado con la mayoría demócrata en el Congreso, y que permitirá inyectar 150.000 millones en los bolsillos de los consumidores y en las partidas de inversión de las empresas.
La administración Bush sigue pensando que se puede lograr un superávit presupuestario en el 2012, aunque lo condiciona a que el Congreso haga que los recortes de impuestos que se pusieron en marcha en 2001 y en 2003 sean permanentes, algo a lo que los demócratas se niegan.
Para la oposición, el recorte de impuestos es inviable en un país que sufre un fuerte déficit y que debe afrontar un incremento en el gasto social por la inminente jubilación de la generación conocida como los "baby boom", lo que supondrá una enorme carga para el Estado.
Todos los analistas coinciden en que la oposición demócrata va a ser un duro obstáculo para Bush, que tiene en este presupuesto su principal herramienta para bosquejar sus prioridades en su último año en el cargo.
Especialmente delicado es el tema de las guerras, en un momento en que todos los aspirantes demócratas a la Casa Blanca, así como varios líderes del Congreso, reclaman el fin de la presencia militar estadounidense en Irak.
Para el próximo ejercicio, el Gobierno Bush tiene previsto pedir al Congreso 515.000 millones de dólares en presupuesto de defensa, un 5 por ciento más que en el ejercicio anterior.
Esta cifra no incluye los requerimientos de gasto para las guerras de Irak y Afganistán, para los que Bush quiere pedir al Congreso 70.000 millones de dólares.
Este dinero podría cubrir solo los primeros meses del ejercicio fiscal 2009, de manera que Bush se vería obligado a pedir más dinero para Irak a finales de este año.
Como ejemplo, en el ejercicio fiscal 2008, Bush pidió 193.000 millones para Irak y Afganistán, pero el Congreso solo le ha concedido una parte.
El presupuesto militar incluye también 183.000 millones destinados a modernizar al ejercito, y 20.500 millones para incrementar algunas dotaciones de las Fuerzas Armadas.
En general, Bush quiere que, salvo las partidas de defensa y de seguridad nacional, el resto de partidas presupuestarias crezcan por debajo del 1 por ciento, o reduzcan su gasto.
Uno de los más afectados será el Departamento de Salud y Servicios Sociales, que verá reducido su presupuesto en unos 2.000 millones de dólares, según documentos a los que ha tenido acceso The Washington Post.
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