Este artículo se publicó hace 16 años.
Bush y Putin se ven hoy las caras en la cumbre de la OTAN
El presidente de EEUU, George W. Bush, participa hoy en Bucarest en una reunión de la OTAN con Vladímir Putin, cuando ambos mandatarios buscan resolver las discrepancias en sus relaciones antes de abandonar sus cargos respectivos.
Es la primera ocasión en que un presidente ruso participa en una cumbre de la OTAN.
La reunión de lo que se conoce formalmente como el Consejo OTAN-Rusia se produce después de que la Alianza, en su comunicado, expresara la víspera su apoyo al escudo antimisiles que EEUU planea desplegar en el este de Europa, y que Moscú considera una amenaza.
La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, ha descrito ese apoyo como "un gran avance".
Los 26 países miembros también se comprometieron a acoger en el futuro a Ucrania y Georgia, dos repúblicas ex soviéticas contra cuyo ingreso en la OTAN Rusia se ha pronunciado en duros términos.
Pero EEUU no logró su objetivo de conseguir que los aliados ofrecieran a ambos países el llamado "Plan de Acción" (MAP), una hoja de ruta para el acceso pleno a la organización atlántica.
En la reunión, los aliados analizarán, entre otras cuestiones, la posible colaboración en Afganistán y las perspectivas de que Rusia abra su territorio al paso de convoyes de suministro de la OTAN.
Bush y Putin tienen previsto reunirse de nuevo de manera casi inmediata, este fin de semana en Sochi, una ciudad balneario rusa a orillas del mar Negro.
En esa reunión, a todas luces la última entre ambos como presidentes de sus respectivos países, buscarán establecer un "marco estratégico" que siente las bases para la relación bilateral que mantengan sus herederos.
Putin entregará la jefatura de Estado a su sucesor y heredero político, Dmitri Medvédev, en mayo, aunque ya ha dejado claro que no desaparecerá de la escena política y se da por seguro que ocupe el puesto de primer ministro.
Bush, por su parte, abandonará la Casa Blanca en enero, tras las elecciones presidenciales estadounidenses en noviembre.
La Casa Blanca ha expresado su deseo de integrar la defensa antimisiles dentro del "marco estratégico".
Rusia considera el escudo antimisiles que Bush quiere desplegar en la República Checa y Polonia una amenaza contra su territorio, mientras que Washington insiste en que su objetivo es impedir un hipotético ataque de países enemigos en Oriente Medio.
Estados Unidos ha ofrecido garantías a Moscú para calmar sus temores, como la posibilidad de inspeccionar las instalaciones o retrasar la activación del dispositivo hasta que Irán, u otro país hostil de la zona, efectúe una prueba de misiles balísticos contra Europa.
Según Rice, en Sochi "esperamos poder dejar atrás (los desacuerdos sobre el escudo) para llegar a un entendimiento de que todos compartimos un interés en cooperar en defensa antimisiles".
El sistema incluye un radar en la República Checa y diez lanzaderas de misiles interceptores en Polonia.
La reunión de Sochi, un añadido en el último momento a la gira que Bush efectúa por Europa del Este, se produce después de que Rice y el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, lograran avances en la disputa sobre el escudo en su viaje a Moscú hace dos semanas.
Ese viaje se complementó con la visita de una delegación rusa a Washington la semana pasada.
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