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La caída de Portillo, un paso más en la crisis de las inmobiliarias

EFE

La caída de Luis Portillo como presidente del Consejo de Administración de Colonial se convierte en un paso más en la crisis bursátil de las inmobiliarias, un sector que sufre el cambio de ciclo en el mercado de la vivienda en España.

La desaceleración en el precio de la vivienda, el frenazo en el ritmo de la construcción y venta de pisos y la deuda millonaria de particulares y promotores explican parte de la coyuntura negativa que vive el sector inmobiliario.

Aunque el aumento del precio de la vivienda comenzó a atenuarse en 2004, no fue hasta el tercer trimestre del pasado año 2007 cuando se produjo el menor incremento registrado desde el comienzo del estallido inmobiliario.

El precio de la vivienda libre en España creció un 5,3% entre junio y septiembre de 2007, casi la mitad que en el mismo periodo del año anterior, cuando aumentó un 9,8%, y muy lejos de los porcentajes de dos dígitos de los años precedentes.

La primera alarma en el sector de la vivienda se desencadenó en abril de este año con el hundimiento de la constructora Astroc en bolsa, que arrastró al resto de inmobiliarias, que llegaron perder más de 2.000 millones de euros como consecuencia de la incertidumbre generada.

Los analistas opinan que el endurecimiento de las condiciones de financiación y el encarecimiento del dinero contribuyeron también al retroceso del valor de los títulos de las constructoras y piensan que forma parte del ajuste necesario de un sector sobrevalorado, aunque nadie sabe hasta donde van a llegar las caídas.

La primera empresa constructora afectada por el cambio de ciclo inmobiliario fue Llanera, que presentó una solicitud voluntaria de concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) por falta de liquidez, el pasado 1 de octubre de 2007.

Otro de los factores que afectan directamente a la evolución del sector de la vivienda es la morosidad, ya que la suma de lo que adeudan las familias y los promotores inmobiliarios en 2007 supera el billón de euros e iguala aproximadamente el crecimiento económico anual español.

Los préstamos concedidos a las inmobiliarias superaron en el primer semestre de 2007 los 282.000 millones de euros, un tercio del total destinado por cajas y bancos a todas las actividades productivas.

La caída en el ritmo de la construcción de viviendas es otro de los factores que explican la coyuntura negativa que vive el sector inmobiliario, de forma que, en el segundo trimestre de 2007, las constructoras iniciaron 139.732 viviendas libres, un 15,4% menos que en el mismo periodo de 2006.

Todas estas situaciones empiezan a pasar factura en los mercados de valores y la primera gran alarma en el sector de la vivienda se desencadenó en abril de 2007, con el hundimiento de la constructora Astroc en bolsa, que arrastró al resto de inmobiliarias.

Enrique Bañuelos, fundador y primer accionista de Astroc, perdió el control de la constructora por el descenso de su cotización en bolsa de 72 euros por título a 10 euros entre febrero y abril de 2007.

Las seis constructoras que cotizan en el selectivo Ibex 35 llegaron a perder más de 2.000 millones de euros en 2007, como consecuencia de la incertidumbre por la desaceleración del sector inmobiliario.

Astroc acumuló en los nueve primeros de este año unas pérdidas antes de impuestos de 153 millones de euros, debido a los gastos financieros y a una dotación de 83 millones de provisiones.

La caída en la última sesión de bolsa del año de la inmobiliaria Colonial dio como resultado la caída de Portillo, una situación que recuerda a lo ocurrido con Bañuelos.

Los títulos de Colonial sufrieron pérdidas del 25,40 por ciento, con lo que la compañía registró un descenso del 62,30 por ciento.

Tras este descalabro, la compañía remitió una nota a la Comisión Nacional del Mercado en la que afirmaba que no existe ninguna razón en la evolución de los negocios ni en la situación patrimonial que justifique la caída de sus acciones.

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