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La Caja de Babel

Los jugadores detectan diferencias entre la pista central y el resto

M. ALBA / G. CABEZA

Las pistas del Abierto de Madrid están siendo escrutadas al milímetro por los tenistas. Todos juegan en los mismos sitios, pero no parecen ponerse de acuerdo para definir las sensaciones que se tienen en los estadios de la Caja Mágica. Davydenko, por ejemplo, considera que jugar en Madrid es casi 'como disputar tres torneos distintos'. Por un lado están las pistas centrales, con una velocidad diferente a las de entrenamiento al aire libre. A su vez, éstas no tienen relación con las de entrenamiento cubiertas, según el ruso.

Vivi Ruano no está de acuerdo. Después de probar el complejo entero sólo ve 'pequeños matices' entre unos y otros lugares, nada que marque una diferencia sustancial.

Javier Piles, entrenador de Ferrer, sí nota cambios entre las pistas del torneo. Para él, las que son al aire libre son las más parecidas a las que se pueden ver en cualquier torneo de tierra, 'con un bote alto y la bola más blanda', sin influir en ellas mucho las condiciones de altura. Cuando cambias a los recintos de la Caja, los que tienen posibilidad de ser techados, todo cambia. 'Allí la pelota es más rápida, especialmente en las dos pistas pequeñas', afirma Piles. Estas dos instalaciones son las más cerradas y las sensaciones parecen casi como de jugarse en cubierto. 'A Rafa y a Federer no les afectará, porque siempre juegan en la central, pero se nota', remarca el técnico. En la misma línea camina Granollers, que también nota las diferencias, pero no hasta el punto de tener que cambiar los cordajes de su raqueta para adaptarse a los diferentes recintos, como ha tenido que hacer Nadal. El catalán, sin embargo, minimiza el problema de la altura. 'La pelota vuela más, sí, pero esas diferencias se notan más si se juega en pista dura', reflexiona el jugador.

Djokovic, que sólo ha probado la central y las de entrenamientos, también ha oído hablar de la velocidad que lleva la bola en las estancias más pequeñas de la caja. 'Me han dicho que es casi como jugar en indoor, y eso no es bueno a estas alturas de temporada', asevera el serbio.

Javier Sánchez Vicario, uno de los dueños de Greenset, la empresa que ha montado las pistas, asegura que todas son iguales para la práctica del deporte y que ' sólo se quejan los que pierden'. La construcción del complejo ha sido especialmente difícil para la empresa porque han tenido que trabajar a contrarreloj.

'Si instalas una pista en un club tardan dos meses en asentarse para que puedan jugar profesionales, aquí no han pasado ni diez días', reconoce el ex-tenista. Más complicado aún fue el proceso en la central, en la que sólo se pudo jugar un partido antes del torneo. Las pistas de fuera, que han sido las que más quejas han recibido, han estado más blandas estos días por la lluvia de la pasada semana, según reconocen en la organización, pero aseguran que, tras el sol de los últimos días, vuelven a estar en perfecto estado.

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