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Caja Madrid sacará su banco a Bolsa para elevar su solvencia

Necesita colocar un mínimo del 20% de su capital para captar 2.000 millones

VIRGINIA ZAFRA

309 años después de su nacimiento, Caja Madrid va a salir a Bolsa en los próximos meses. El banco que ha creado a raíz de su fusión con Bancaja, Caja de Canarias, Caixa Laietana, Caja Segovia, Caja Ávila y Caja Rioja venderá al menos el 20% sus acciones entre inversores particulares e institucionales previsiblemente antes del verano. Esta decisión tan trascendental (que la entidad ya dejó entrever cuando se constituyó pero que había quedado inicialmente aparcada hasta dentro de un par de años) tiene una justificación obvia, la misma que están utilizando todas las entidades financieras españolas que ahora se están moviendo: hay que captar capital como sea para alcanzar los nuevos mínimos de solvencia que va a implantar el Gobierno.

La Caixa aprobó la semana pasada la reestructuración de todo el grupo y su conversión en banco por la misma necesidad de incrementar su capital, y ayer lo anunció el presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, aunque no dio detalles de la operación escudándose en que las normas del Ejecutivo todavía no están claras, y dependiendo de lo que finalmente se apruebe tendrán unas necesidades de capital diferentes. Una de las pocas pistas que facilitó fue que se están planteando imitar la decisión de La Caixa de dejar fuera del banco la filial inmobiliaria, de manera que les castiguen menos los miles de inmuebles que tienen en sus bodegas.

Habrá una menor presencia de políticos en el consejo

Según los datos facilitados ayer, los activos adjudicados y adquiridos a promotores están valorados en 7.402 millones de euros, aunque si se añaden las provisiones realizadas hasta el momento para cubrir su pérdida de valor, la cifra asciende a 11.048 millones, exactamente el doble que los 5.512 millones comunicados ayer por La Caixa.

Con todas estas cifras, el valor contable de la nueva entidad es de 10.240 millones (la mitad que los 20.600 millones de CaixaBank), con lo que si necesita captar 2.000 millones para elevar al 8% su ratio de solvencia, tendrá que vender un mínimo del 20% de su capital. En todo caso, dado que las entidades financieras españolas cotizan actualmente con descuento (Criteria valía ayer en Bolsa un 17,7% por debajo del valor contable que le han adjudicado al nuevo banco), es previsible que salga a Bolsa con un precio inferior y por tanto tenga que vender una participación mayor del capital. Con esos 10.240 millones, se convertiría en la cuarta mayor entidad financiera española cotizada, por detrás de Santander, BBVA y la nueva CaixaBank.

Rato criticó la nueva norma del Gobierno porque discrimina a las cajas

La salida a Bolsa del banco, que se realizará previsiblemente antes del verano para evitar la avalancha de colocaciones que se van a realizar, servirá para diluir la presencia de poderes públicos y políticos en el consejo de administración del banco, dado que los nuevos accionistas tendrán representantes independientes en el máximo órganode administración.

Rato, como ex vicepresidente del Gobierno que es, defendió ayer que la presencia de políticos en las cajas no ha perjudicado al sector (dado que tiene un nivel de morosidad y riesgos similar al de los bancos) y argumentó que si los accionistas del banco son cajas, los consejeros tienen que proceder en parte de las administraciones públicas, que es lo que dice la ley. Además, puso en duda el sistema de representación de los bancos. 'Si los bonus de los consejeros dependen del presidente su independencia es relativa', dijo.

Rato compareció ayer en rueda de prensa por primera vez desde que fue nombrado presidente hace un año para explicar las cuentas de la caja y el banco en 2010. Ante un centenar de periodistas (más del doble que antes de la fusión de las siete cajas), explicó que el banco ganó 440 millones el año pasado, un 27,4% menos de lo logrado por las siete cajas de forma individual el año anterior (aunque no es estrictamente comparable).

Rato destacó que la entidad realizó el año pasado unos saneamientos netos de 6.440 millones, lo que supone 2.000 millones más que los 4.465 millones recibidos en ayudas públicas. A su juicio, esta política asegurará los resultados del banco para los próximos años ya que el banco comienza a funcionar limpio de polvo y paja, con el balance totalmente saneado. Sólo Caja Madrid tuvo un beneficio de 256 millones de euros, un 3,7% menos, en tanto que Bancaja ganó 102 millones, un 34% menos.

Aunque el presidente del nuevo banco intentó no criticar las nuevas exigencias del Gobierno durante la primera parte de su exposición, tras numerosas preguntas sobre el mismo tema acabó por criticar algunos aspectos.

A la espera de poder valorar el resto de la normativa cuando se conozcan los detalles, Rato denunció que se está discriminando a las cajas frente a los bancos. 'No me parece lo mejor. Tiene que haber un terreno igual para todos los jugadores. Todo lo que desvirtúe las reglas es malo', dijo Rato, que añadió que romper la competencia que ha existido en los últimos años en el mercado financiero español es un error que tendrá consecuencias para la economía. 'No deberíamos ir por ese camino', apostilló. Desde la vicepresidencia de la CECA luchará contra ello.

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