Este artículo se publicó hace 15 años.
El cambio climático es la mayor amenaza para la salud mundial en el siglo XXI
El cambio climático es la mayor amenaza para la salud mundial en el siglo XXI, según un informe de la revista médica "The Lancet" y científicos del University College de Londres en el que se subraya la necesidad de una acción urgente.
"Esto no es una película de catástrofes con final feliz, es algo real", manifestó el profesor Anthony Costello, director del informe, quien aseguró que "el cambio climático es una cuestión sanitaria que afecta a miles de millones de personas y no sólo un problema medioambiental que afecta a los osos polares y a los bosques".
El informe es un esfuerzo conjunto de expertos en salud, antropología, geografía, climatología, ingeniería, economía, derecho y filosofía, que pretende ser un modelo para que los Gobiernos actúen de manera multidisciplinar contra el cambio climático.
El impacto de lo que ya está pasando "no será algo que percibamos en un futuro lejano, sino durante nuestras vidas y, definitivamente, en las vidas de nuestros hijos y nietos", alertó Costello en la conferencia de prensa en la que se presentó el informe.
Este experto en maternidad y neonatología, que reconoció su escepticismo acerca del cambio climático hasta hace un año y medio, dijo que el aumento de la temperatura media de la Tierra es una realidad y que es cuestión de tiempo notar sus efectos.
"No debemos pensar si Groenlandia se va a derretir, sino cuándo. Debemos pensar en cuándo se inundarán Nueva York y Londres si la temperatura de los Polos sube 5 grados centígrados de media, lo que hará subir el nivel de los océanos", manifestó Costello.
Pero la principal novedad de este informe tiene que ver con las implicaciones sanitarias del cambio climático, desde la constatación de que con temperaturas entre 2 y 6 grados más altas serán más los afectados por enfermedades endémicas del trópico, como el dengue y la malaria, y los fallecidos por efecto directo del calor.
Los autores del informe se refieren al calor como "el asesino silencioso", el mismo que causó la muerte a unas 70.000 personas en Europa en el verano de 2003 y que causa la muerte no registrada de decenas de miles de personas cada año en países del tercer mundo.
El objetivo de este trabajo es atraer al debate y a la presión en favor de reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera a los profesionales y responsables de la salud, desde un punto de vista humanitario, pero también desde un punto de vista económico.
Si no se pone remedio, en el caso de los países pobres veremos altas mortandades por culpa de un incremento de la transmisión de la malaria y otras dolencias infecciosas, o por cuestiones tan simples como diarreas por consumo de alimentos en mal estado.
Los países ricos lo tienen mejor, porque sólo con trabajar para construir sociedades con una menor huella de carbono tendrían ciudadanos más sanos: menos obesidad y menos diabetes por efecto del ejercicio físico que implica no usar el vehículo particular, menos afecciones pulmonares por una menor contaminación, y menos estrés, al poder disfrutar de ciudades más limpias y vivibles.
El profesor del University College de Londres, Hugh Montgomery, recordó las cifras que maneja la Unión Europea (UE) en el sentido de que una reducción del 30% de las emisiones de C02 supondría para los sistemas de salud un ahorro anual de 76.000 millones de euros.
La comparación entre ricos y pobres es demoledora, señala el informe que publica "The Lancet": "la pérdida de años de vida saludable como consecuencia de un cambio medioambiental global será 500 veces mayor en África que en las naciones europeas, pese a que las naciones africanas contribuyen poco al calentamiento global".
Las inundaciones y las sequías también tendrán efecto devastador en la salud de las naciones más pobres, con cosechas disminuidas y consecuentemente alimentos más caros, y con situaciones sanitarias deficientes que derivarán en gastroenteritis y malnutrición.
Montgomery puso un énfasis especial en la gravedad de la situación, pero aseguró que no hay exageración en las predicciones de los científicos, porque el ritmo de calentamiento de la Tierra es el más rápido del que se tiene noticia en los últimos 10.000 años.
"Entre un tercio y dos tercios de las especies que hay hoy en día en el planeta están en riesgo de extinción en los próximos 30 años" si se mantiene la tendencia actual, dijo Montgomery.
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