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El cambio de opinión de GM sobre Opel enfada a Alemania y Rusia

Reuters

Por Angelika Gruber y Gernot Heller

Dirigentes alemanes y rusos mostraron su enfado y los sindicatos rompieron un acuerdo para reducir costes en protesta por la decisión "completamente inaceptable" de General Motors de quedarse su filial europea Opel tras meses de negociaciones.

El dirigente sindical Klaus Franz rescindió cientos de millones de euros en concesiones de costes que habían aceptado los trabajadores a cambio de que Opel fuera comprada por Magna, una empresa canadiense con apoyo ruso preferida por Moscú y Berlín.

"El comportamiento de General Motors hacia los trabajadores es completamente inaceptable", dijo a la prensa el ministro alemán de Economía, Rainer Brüderle. "El comportamiento de General Motors hacia Alemania es completamente inaceptable".

En Moscú, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, insinuó que la batalla por el fabricante europeo de automóviles no ha terminado, y afirmó que es la fiduciaria alemana que supervisa Opel, y no el consejo de administración de General Motors, el que tiene que decidir qué medidas se toman.

Alemania consideraba a Magna y a su socio ruso Sberbank como los que más posibilidades ofrecían para preservar la mayoría de los empleos y fábricas alemanas. La mitad de los 50.000 trabajadores de Opel están en este país.

GM Europa volverá al plan de reorganización que incluye un recorte del 30 por ciento de los costes fijos en Opel, según una portavoz.

"El fracaso a la hora de lograr la necesitada reestructuración supondría que la operación se volvería insolvente, un resultado innecesario y no deseado por todos los implicados", afirmó GM Europa. La portavoz no quiso mencionar potenciales recortes de empleos o cierres de plantas.

NUEVO ACUERDO

Mientras los sindicatos alemanes mostraban su descontento, en España se mostraban dispuestos a negociar un acuerdo similar al alcanzado con Magna y en Reino Unido la decisión fue recibida con satisfacción.

"Son noticias fantásticas para el Reino Unido que General Motors no rompa su familia y en cambio retenga la propiedad de (la marca hermana de Opel) Vauxhall", manifestó Tony Woodley, cosecretario general del sindicato Unite.

El dirigente sindical Franz dijo que los empleados no aceptarán el "chantaje" de GM a los gobiernos europeos. El jueves hay convocadas numerosas protestas.

GM anunció el martes por la noche su decisión de dejar la venta de su filial europea, argumentando que la mejora de las condiciones empresariales y la importancia estratégica de Opel había provocado la decisión de su consejo de administración.

Queda pendiente ver cómo financiará su plan de reestructurar la empresa, fundamental en sus operaciones en Europa y fuente decisiva de tecnología global para los coches de medio tamaño.

La portavoz dijo que GM devolverá el resto del crédito puente de 1.500 millones de euro previstos a finales de noviembre si lo pide Berlín. Este préstamo evitó que Opel entrara en la bancarrota que tuvo que aceptar GM este mismo año.

GM Europa cuenta con las garantías de los préstamos europeos como la parte principal de la financiación que necesita para reformar Opel.

En un principio se esperaba que los países con plantas de la compañía deficitaria, como Alemania, España y Bélgica, dieran ayudas para rescatar Opel. GM dijo que esperaba que el coste de reestructurarla por sí misma sería de unos 3.000 millones de euros.

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