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Campa y Ordóñez esperan un lento crecimiento y debilidad del crédito

El Gobierno y el Banco de España coinciden en augurar el mismo día una salida demasiado lenta de la crisis del país. Las entidades financieras nacionales ganaron el año pasado 16.734 millones, un 9,9% menos

V. ZAFRA / A. FLORES

El Gobierno y el Banco de España no lo ven nada claro para este año. Aunque algunos datos empiezan a mostrar una leve mejoría de la economía, ayer destacaron ambos que no se pueden tirar cohetes porque la recuperación va a ir muy lenta, el crédito no va a ayudar a salir de la encrucijada y la confianza internacional todavía no se ha recuperado lo suficiente.

'Aún quedan meses duros de crecimiento débil de la actividad y del empleo', dijo ayer en el Congreso José Manuel Campa, secretario de Estado de Economía, aunque a continuación destacó que 'la perspectiva es positiva en el medio plazo'. El Banco de España también plantea un escenario de crecimiento lento, de hecho más lento que el del Gobierno, siempre con una 'mejora gradual de la actividad'. Campa mantuvo ayer su convencimiento de que el PIB crecerá este año un 1,3%, mientras que el organismo supervisor y el panel de expertos de Funcas (la fundación de las cajas de ahorros) mantuvo su previsión del 0,8%.

Campa: 'Aún quedan meses duros de crecimiento débil de actividad y empleo'

El secretario de Estado explicó el mayor optimismo del Gobierno. A su juicio, se debe a que el resto de agentes tienen diferentes estimaciones para la construcción, especialmente en la inversión pública, y son menos optimistas en la evolución de las exportaciones, algo que para Campa no es justificable, 'dado el incremento de los mercados de exportación, cercano al 9%, que maneja Eurostat'. Por eso, el representante del Gobierno defendió sus previsiones y aseguró que el cuadro económico presentado es 'realista'. Aun así, reconoció que no puede ser satisfactorio porque el crecimiento del PIB español tiene que estar por encima del 2% para crear empleo. De momento, en el primer trimestre del año (el Banco de España hará su estimación esta semana) se prevé una evolución 'débil', para ir aumentando de forma progresiva según avance el año.

A este aumento no contribuirá el crédito, según el Banco de España, que augura que durante este ejercicio continuará con la senda descendente que ya se vivió en el ejercicio pasado (la financiación al sector privado residente disminuyó un 0,8% en 2010 y hasta febrero de este año había caído un 1%). El organismo dirigido por Miguel Ángel Fernández Ordóñez precisa en su informe que aunque la evolución es diferente por sectores (en 2010 aumentaron un 1% las hipotecas y un 0,9% los créditos a empresas no ligadas al ladrillo, en tanto que descendieron un 5,2% los de constructoras y promotoras), 'no cabe esperar un avance significativo en esta variable en los próximos meses'. Y ello se debe a 'las incertidumbres aún existentes respecto de la economía real y de la situación de los mercados financieros internacionales y al proceso de reducción del endeudamiento de las empresas y familias españolas tras su notable aumento en los años de expansión de la economía'.

El Gobierno coincide con el Banco de España en que persistirá la debilidad en la financiación a empresas y familias, aunque Campa recurrió a otros datos para hacer su explicación, unos datos que además de crédito bancario incluyen otras partidas y que, en lugar de leves descensos (tanto en 2010 como en los primeros meses de 2011), muestran ligeras subidas. Pero débiles igualmente y que el secretario de Estado admitió que es una tendencia que se mantendrá este ejercicio.

Las cajas con ayudas no podrán pagar tipos más altos que sus competidores

Y si la economía va a crecer lentamente y el crédito va a seguir endeble, los resultados de las entidades financieras no pueden vivir un buen año en España (dentro de que van a seguir ganando miles de millones). De hecho, el Banco de España advierte en su informe de que 2011 va a ser un ejercicio todavía 'complicado', ya que seguirán haciendo daño los elevados precios que tienen que pagar por los depósitos y la financiación, y las ingentes provisiones que tienen que dedicar a hacer frente a la morosidad, todavía en ascenso, aunque su crecimiento se va moderando.

En 2010, el conjunto de entidades que operan en España redujeron sus beneficios un 9,9%, hasta situarlos en 16.734 millones de euros. La caída fue consecuencia de los menores créditos concedidos, del mayor precio pagado para hacerse con fondos y de las elevadas provisiones dedicadas a luchar contra los impagos crediticios.

El organismo supervisor, consciente de que una parte importante de la presión que están sufriendo las cuentas de resultados es consecuencia de la guerra de depósitos en la que están inmersas las entidades (ahora empieza a moderarse tras más de un año muy cruento), ha impuesto restricciones al pago de altos intereses. A las cajas que han recibido ayudas públicas del FROB les han prohibido pagar tipos por encima de la media de los que ofrezcan las cinco principales entidades que no hayan recibido ayudas. Y, conjuntamente, deberán compensar el esfuerzo que hacen en captar fondos con nuevos recortes de costes operativos y con ventas de activos poco rentables.

Junto a sus previsiones cautelosas sobre la evolución de los resultados, el Banco de España también aporta un punto de esperanza: que las fusiones acometidas durante el año pasado empiecen este año a materializarse con la fructificación de las sinergias prometidas y los ahorros de costes asociados a estos procesos.

En todo caso, los resultados de las entidades españolas son peores que los de sus competidores europeos en términos de rentabilidad y eso es consecuencia, explica el Banco de España, de los efectos de la crisis de deuda soberana y la incertidumbre que permanece en el mercado, que les obliga a financiarse a precios sustancialmente superiores.

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