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La campaña atea ya circula por Barcelona

Dos autobuses recorren la ciudad con publicidad que duda de la existencia de Dios. La jornada no registró ningún incidente

ALBERT MARTÍN VIDAL

'Se prohíbe la blasfemia y la palabra soez'. Este cartel colgaba de los autobuses barceloneses hace unas décadas. Ayer, Barcelona amaneció con dos buses circulando por sus calles con publicidad atea. Los dos vehículos portaron el ya célebre lema 'Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida' en su parte posterior y en ambos laterales. La escasa quincena de metros cuadrados de pensamiento ateo imprimido en alegres colores no parecía justificar la polémica que ha precedido la campaña.

La iniciativa emprendida por las asociaciones ateístas de España, a imitación de la que se lleva a cabo en Gran Bretaña, echó a rodar en una jornada sin ningún tipo de incidentes y con el anuncio de que los autobuses ateos transitarán las calles de Barcelona durante las próximas cuatro semanas.

Hasta ahora, los gastos de la iniciativa se han elevado a los 2.618 euros, una cifra muy por debajo de los más de 15.500 que ya han recaudado estas entidades con el objetivo de llevar la campaña a otras ciudades. Madrid, Valencia, Sevilla, Bilbao son los siguientes objetivos de las asociaciones de ateos. 'Nuestra intención es poner sobre la mesa el debate sobre los derechos de los ciudadanos no creyentes de este país', explicó Joan Carles Marset, vicepresidente de Ateus de Catalunya, la entidad que ha impulsado la iniciativa. Las críticas no se hicieron esperar. El Observatorio de Antidifamación Religiosa, formada por profesores universitarios católicos, la tildó de 'ilegal'.

Pero, a pesar de las críticas, las estrellas del día fueron los dos autobuses de las líneas 14 y 41, que circularon entre Vila Olímpica-Bonanova y la plaza Francesc Macià-Diagonal Mar. Ambos empezaron su trayecto a primera hora de la mañana.

Jordi, conductor del 41, nunca había visto a un grupo de fotoperiodistas correr tras su vehículo a pesar de los 12 años de profesión que lleva conduciendo autobuses y sonreía durante la persecución, que tuvo lugar en la plaza de Catalunya. 'Me es totalmente indiferente qué anuncio llevo', declaraba. Su opinión sobre la existencia de Dios seguirá siendo un misterio: 'TMB [Transports Metropolitans de Barcelona] nos ha prohibido hablar sobre esto para no herir sensibilidades'. El conductor del autobús más conocido de la ciudad añadía que no había oído 'ni un comentario' por parte de los usuarios.

Ainhoa, pasajera de 23 años, se mostraba indiferente al autobús con mensaje. 'Circula bien, que es de lo que se trata. Pero no creo que la frase sirva para cambiar nada'. Unas filas más adelante, Josep, de 19 años, se mostraba más entusiasta: 'Es una campaña original que invita a la gente a pensar'. En la última fila, Ramón, de 51 años, no se mostraba tan satisfecho: 'Esta campaña me parece absurda, cada cual tiene sus convicciones pero este no me parece el lugar más adecuado para publicitarlas'.

La presencia del autobús con publicidad ateísta causó debate también en las paradas donde se esperaba el 41, donde los más mayores se mostraban mayoritariamente en contra y los más jóvenes, a favor. María, una señora de 70 años, subía atropelladamente al vehículo y se dirigía, muy seria, al chófer: 'Para mí sí existe algo, pero no sé cómo llamarle'.

Caridad, a sus 71 años, criticaba la iniciativa. 'No me parece bien. Creo en algo y esto no me hace gracia; si tienen dinero para esto también tienen para dárselo a los pobres y no lo hacen', explicaba.

Isabel, de 74, iba más allá y exponía los beneficios de la existencia de Dios para contener la criminalidad: 'Hay personas a las que lo único que les frena es la existencia de Dios, y si oyen que Dios no existe, no sé lo que puede pasar'. A su lado, Javier, de 29 años, se mostraba partidario de la cam-paña: 'Normalmente no me fijo en la publicidad, pero esta me gusta'.

Uno de los comentarios que más se escuchaba entre los viajeros es que la campaña puede 'generar enfrentamientos'. Marco, boliviano de 31 años, también se mostraba contrariado con el lema. 'Me molesta, porque si no fuera por Dios no estaríamos aquí. A los que vivimos en Dios no nos gusta', razonaba.

'Me siento ofendido', añadía Abelardo, de 66 años. A su lado, Miracle, de 41 años, discrepaba. 'Igual que hay anuncios de rebajas pueden anunciarse otras cosas. Creo que tiene un punto de sentido del humor, no creo que se haya hecho para montar ningún escándalo', decía. 'Pero hay gente que tiene la piel muy fina. Si lees la campaña, dice que a lo mejor Dios no existe, no que haya que entrar en las iglesias y quemarlas', añadía.

Por encima de las distintas opiniones, Albert Riba, presidente de Ateus de Catalunya, destacaba la 'normalidad' con que se desarrolló toda la jornada. 'La gente ha asumido perfectamente que se puede hablar de este tema', manifestaba.

Esta normalidad sólo se vio rota por una avería que sufrió el autobús de la línea 14 que lucía la publicidad. A primera hora de la tarde, el vehículo fue llevado a las cocheras para que se le revisara un problema en un neumático que lo mantuvo dos horas fuera de la circulación. Pero a las 17.15 horas, el primer autobús con publicidad ateísta volvía a circular por las calles de Barcelona y a pedir la reflexión sobre un tema que no hace mucho era tabú.

 

 

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