Este artículo se publicó hace 15 años.
La campaña electoral en Honduras, nublada por la crisis
La campaña electoral para las elecciones presidenciales de Honduras avanza opacada por una crisis política que ya dura cuatro meses, provocando que la población se muestre apática frente a los comicios.
El presidente Manuel Zelaya fue derrocado el 28 de junio y expulsado del país, dejando al país aislado internacionalmente y deprimiendo el interés de los hondureños por las elecciones del 29 de noviembre, al tiempo que una mayoría de países dice que no reconocerá el proceso si Zelaya no es restituido.
Mientras Zelaya permanece refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa tras volver clandestinamente al país el 21 de septiembre, las campañas de los candidatos tienen bajo perfil y mítines con pocos asistentes.
Un acuerdo auspiciado por Estados Unidos y la OEA para poner fin a la crisis política se desarmó el viernes después de que el presidente de facto, Roberto Micheletti, formara un Gobierno "de unidad nacional" sin la participación de Zelaya.
Cuando faltan sólo tres semanas para los comicios, las calles que en cualquier campaña de este tipo aparecían llenas de carteles de los principales partidos -el Partido Nacional y el Partido Liberal, al que pertenecen Zelaya y Micheletti-, están dominadas por graffitis en contra del golpe o llamando a un boicot contra las elecciones.
Los mítines de Porfirio Lobo, el candidato nacionalista y favorito en las encuestas, lucen poco concurridos mientras que el aspirante liberal, Elvin Santos, canceló los actos públicos hasta mediados de noviembre debido a la crisis, informó su equipo de campaña.
"Fueron los políticos que causaron este problema político y por eso no me interesa votar por ninguno de ellos", dijo Claudia Mencía, de 40 años. Cerca de su casa tuvo lugar un mitin de Lobo esta semana.
Estados Unidos esperaba que un pacto entre Zelaya y Micheletti allanara el camino hacia las elecciones, pero el mandatario depuesto llamó a no votar.
LOBO VISTO COMO GANADOR
Lobo, un hacendado de 61 años, lidera las encuestas con cifras de dos dígitos que han crecido durante la crisis política de la que muchos acusan al Partido Liberal.
"El ex presidente Zelaya hizo una pedagogía en el sentido de despreciar las elecciones. Y esto ha causado esta falta de entusiasmo", dijo el analista político Juan Ramón Martínez.
Apenas un 54 por ciento de los hondureños cree que las elecciones serán legítimas si se realizan con Micheletti en el poder, según una sondeo realizado en octubre por la encuestadora estadounidense Greenberg Quinlan Rosner.
Un sondeo de octubre de CID Gallup presentó a Lobo, conocido como "Pepe", tenía una ventaja de 16 puntos sobre Santos, de 46 años, quien fue vicepresidente de Zelaya.
Analistas consideran que apenas un poco más de la mitad de los electores acudirá a las urnas, un nivel similar al de la última elección presidencial.
Zelaya fue sacado del poder a punta de fusil y el Tribunal Supremorema ordenó su expulsión del país luego de haber irritado a las élites hondureñas por estrechar su amistad con Hugo Chávez, el izquierdista presidente de Venezuela.
El día del golpe, Zelaya planeaba realizar un referéndum para apoyar cambios en la Constitución. Muchos temían que buscara una reelección, acusación que ha negado.
A finales de octubre la crisis pareció solucionarse después de que Zelaya y Micheletti firmaron un acuerdo, supervisado por Washington, que dejaba en manos del Congreso la decisión de reinstalar a Zelaya.
Pero un 80 por ciento de los 128 legisladores buscan la reelección, según el diario hondureño El Heraldo, y Zelaya es un activo político tóxico, pese a sus altos niveles de aprobación.
Los líderes del Congreso debían convocar una sesión para votar sobre el retorno de Zelaya al poder, pero se muestran reacios a hacerlo.
Los 55 miembros del conservador Partido Nacional, de Lobo, se encuentran en una encrucijada ya que si se alían a los liberales aliados de Zelaya para el retorno del mandatario lograrán el reconocimiento internacional para las elecciones.
Sin embargo, un voto a favor de Zelaya podría irritar a los simpatizantes de Lobo.
"Si Pepe apoya la restitución, yo me retiro, dejo de apoyarlo (...) porque creemos que Mel Zelaya quiere seguir en el poder", dijo Nelson Villanueva, un contable de 44 años que votó hace cinco años por Zelaya pero que dejó de apoyarlo cuando se alió con Chávez.
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