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Cannes eligió una comedia llena de estrellas para cerrar su 61 edición

EFE

El Festival de Cannes ofrece esta noche una clausura de estrellas, tras la entrega de la Palma de Oro, con el estreno de "What just happened?", de Barry Levinson, interpretado por Robert de Niro, Sean Penn, John Turturro y Bruce Willis, entre otros famosos.

Sean Peen no pudo más que brillar por su ausencia en la presentación a la prensa del filme, ocupado como está en las últimas y delicadísimas deliberaciones del jurado de la Palma de Oro del 61 Festival de Cannes, que él preside.

Faltaron también muchas de las celebridades de la cinta, pero qué importa, estaba De Niro, protagonista principal y coproductor del filme; su director y el de películas como "Rain Man" (1988) o "Good Morning, Vietnam" (1987); el autor del 'best seller' que lo inspiró, Art Linson, y el productor Todd Wagner.

Más que suficiente para entrar en detalles sobre esta comedia con trasfondo, muy crítica y lúcida con la realidad 'hollywoodiense', su mundo y su mundillo, que también habla de Cannes.

"Una comedia sobre la desesperanza y la traición", pero no un filme de venganza contra ciertas personas, precisaron sus promotores.

No puede ser de otra manera si "en Hollywood todo el mundo es como un caracol sobre una pared de cristal, sea Steven Spielberg o un desconocido", como aseguró Art Linson, quien es también el productor de éxitos cinematográficos como "The Untouchables" (1987), "Point of No Return" (1993) o "Imaginary Heroes" (2004).

En todo caso es lo que quisieron mostrar y fue el punto de partida del proyecto: "hacer saber al público en general hasta que punto el mundo de Hollywood puede ser estúpido y aburrido".

"Aún si a veces se consigue hacer filmes interesantes" y si es "muy agradable frecuentar a la gente de Hollywood", matizó De Niro.

La película intenta captar dos semanas en la vida de un productor entrado en años, en plena crisis personal y profesional, que "miente mucho, engaña a mucha gente", pero que "tiene también un corazón e intenta avanzar en la vida", explicaron.

De sus colegas de reparto, De Niro subrayó que todos estuvieron deseosos "de venir a reirse de ellos mismos" en esta película basada en experiencias reales, que, recalcó, "no es sólo una comedia".

Además de comparar a Hollywood con "una sopa", Art Linson aseguró que no es en absoluto "un paraíso", sino un lugar donde "el sentimiento de urgencia es el mismo para todos: hay que evitar hundirse".

Por eso, allí, "la mayor parte de la gente no va muy bien" ni se siente nunca en seguridad "ni miembro de ningún club ni agusto" ni protegida, "a parte de Bob (Robert de Niro). Es el único", aseguró.

Un De Niro con mirada indefinible y más bien serio a lo largo de toda la rueda de prensa, que no estaba exageradamente poblada en esta jornada de intensa lluvia, lo confirmó: "la vida es bella tengo mis propias preocupaciones, nada es perfecto".

Cuando se vive en Hollywood "hay siempre una ansiedad, uno se pregunta si puede triunfar, sacar otro filme, obtener tal o tal actor", pero, precisó, "en mi caso me esperan a mí antes de lanzar un filme".

Los promotores del filme se mostraron, asimismo, muy críticos con el hecho de que, en Hollywood, lo que cuenta no es la calidad de un filme o el trabajo de sus actores, sino que "son las cifras las que dan valor a un filme" y "todo el mundo vive en función de su facturación".

La cinta es también un guiño al Festival de Cannes, visto como la meta soñada y, a la vez, como el peligroso lugar donde un filme puede estrellarse en pleno despegue.

El director portugués Manoel de Oliveira evocó ya esta doble suerte al celebrar su centenario y recibir la Palma de Oro por su carrera, pues definió el Festival como "uno de los más bellos aeropuertos" del mundo, de acuerdo con su amigo Federico Fellini, para quien hacer películas era como "hacer aviones".

Nadie parecía dudarlo en el desmitificador equipo de "What just Happened?".

El "impacto" de Cannes es evidente, pues los filmes han de ser hoy internacionales, "han de viajar por el mundo entero" si quieren prosperar, y si una película no traspasa el mercado estadounidense "tendrá problemas financieros", recordó Art Linson.

De ahí la "considerable importancia" de que una película sea apreciada en Cannes, y el peligro de que no lo sea.

Detalle que no impidió a De Niro glosar las "maravillas" del lugar, incluso bajo la lluvia como hoy; su placer de venir a este "gran festival", que además es "romántico", y "tiene todas las cualidades que los estadounidenses adoramos".

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