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"Cantando bajo las balas", una crónica musical protagonizada por Millán Astray

EFE

En clave de "cabaret necrófilo" y consolidado después de unas sesenta funciones en los últimos ocho meses, "Cantando bajo las balas" revive en la Sala Francisco Nieva del Teatro Valle Inclán la "sinrazón y el terror" del 36 en España a través de la estrambótica figura del general José Millán Astray.

Se trata de un montaje de K Producciones, a partir de un texto de Antonio Álamo, protagonizado por Adolfo Fernández y con música de Mariano Marín, bajo la dirección de Álvaro Lavín, que, invitados por el Centro Dramático Nacional (CDN), estará en cartel del 27 de noviembre al 21 de diciembre.

"El CDN tenía que ofrecer su casa a un proyecto emprendedor como éste", ha explicado su director, Gerardo Vera, quien ha subrayado que le interesó el tema en torno al cual gira el texto de Antonio Álamo (actual director del Teatro Lope de Vega de Sevilla): el duro enfrentamiento entre Millán Astray y Unamuno en el primer acto franquista de la historia, que tuvo lugar el 12 de octubre de 1936 en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca.

"Ese discurso sigue teniendo resonancias hoy en día por una parte reaccionaria y casposa que intenta marcar las pautas de comportamiento", ha subrayado Vera en la presentación del espectáculo, que es un "cabaret necrófilo" porque Millán Astray sale de la tumba para contarnos ese episodio, acompañado de un pianista y cantando canciones legionarias y otros temas de la época.

El motor del texto fue Unamuno, ha reconocido el autor, que quiso investigar "la ambigua adhesión al régimen franquista de su ídolo literario" y las reuniones que éste mantuvo con Franco en Salamanca, aunque al final, acabó topándose con Millán Astray, fundador de la Legión.

Según Álamo, Millán Astray y Unamuno tenían dos puntos en común: su deseo de eternidad y su amor por España, aunque con dos maneras muy distintas de actuar, lo que les enfrentó aquel 12 de octubre con dos famosas frases: "Viva la muerte" y "Venceréis, pero no convenceréis".

Para encarnar a Millán Astray, Adolfo Fernández se empleó en la caracterización de un personaje estrambótico y muy teatral, del que se conservan muy pocas imágenes, que sufría cojera, llevaba un parche en el ojo izquierdo y tenía los dientes totalmente negros.

"La construcción del personaje se la debo a Álvaro Lavín, que quiso crear con el público cierta empatía, ese juego de odio y afinidad, todo envuelto en una banda sonora de Mariano Marín, que me ha enseñado a cantar", ha explicado el actor.

Fernández se ha referido a la coincidencia de estas representaciones y el debate surgido en torno a la Memoria Histórica: "habrá que ayudar a esas personas que todavía no han podido enterrar los huesos de sus abuelos y educar a los niños en libertad".

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