El actor Diego Martín (Madrid, 1974) vuelve hoy a la pequeña pantalla de la mano de Hermanos y detectives, la serie de Cuatro Cabezas que narra las vicisitudes de un peculiar equipo de policías cuyo cerebro es un niño de inteligencia excepcional, hermano pequeño del agente al que da vida Martín. Tras ser retirada en enero por baja audiencia, los seguidores de las aventuras de los hermanos Montero podrán disfrutar desde hoy en Telecinco de los nuevos capítulos de la segunda temporada.

¿Qué pueden esperarse los telespectadores de estos nuevos capítulos?

Esta nueva temporada sigue la misma línea de la primera, aunque se le da un poco más de protagonismo a la vida emocional de los personajes, incluido Lorenzo [Rodrigo Noya] que empieza a crecer y a tener intereses en otras cosas diferentes de los casos.

La relación entre los dos hermanos es el motor de la serie... ¿Cómo evoluciona?

No sé si es el secreto o no de la serie, aunque es cierto que desde el principio tuvimos muy buena química, no sólo delante de la cámara, sino también detrás, donde para bien e incluso para mal mantuvimos una relación muy similar a la de dos hermanos. Las discusiones, peleas, acuerdos y risas que hemos tenido se han asemejado mucho a una relación de ese tipo.

Pero no debe ser fácil trabajar con un niño, ¿no?

Bueno, Rodrigo Noya tiene más años de los que aparenta y cuado volvió a Argentina estaba a punto de cumplir 15 años. Hemos tenido muy buena relación personal y profesional y aunque a mí los niños siempre me han dado un poquillo de grima, trabajar con él ha sido como hacerlo con un actor maduro.

¿La perspicacia del pequeño Montero no se le acaba pegando al mayor?

Me temo que no demasiado; no podemos esperar peras del olmo. Lo que sí permite el niño es que mi personaje se desinhiba un poco más y pueda llegar a demostrar su valía, pero tampoco se pueden esperar maravillas.

¿Se plantearía rodar otra temporada?

La serie se terminó de grabar en septiembre, el niño [Noya] se ha vuelto a Argentina y cada uno está con nuevos proyectos. Es improbable que se grabe otra temporada, pero cosas más difíciles se han visto.

¿Cuál cree que es la clave del éxito para las series de ficción nacional?

No tengo ni la más mínima idea; es más, me parece que estamos en un momento en el que nadie tiene ni idea. Sí me gustaría que la fórmula tuviera que ver con un camino que fuera se ha emprendido más decididamente, haciéndose productos con muy poco dinero y muchas ideas. Habría que ir a series con un poco más de riesgo, y estamos viendo líneas de narración y ficción muy innovadoras.

¿Por ejemplo?

Me parece que el listón que están poniendo las series en EEUU, y hablo de ideas, no sólo de presupuestos, es fantástico. Los Soprano me parece una referencia ineludible todavía hoy, pero Mad Men me parece una obra de arte y un producto soberbio. Hay muchas nuevas ideas que estaría bien que llegaran aquí.

¿Hay series que alcanzan la calidad del cine?

Absolutamente; como en el caso anterior, hay muchos capítulos de varias series ahora mismo que están muy por encima de la media general de cine americano, en cuanto a ideas, riesgo y planteamientos, y además sin dejar de lado el aspecto adictivo y de entretenimiento. En estos casos ya hemos dejado atrás la clásica dicotomía de calidad o entretenimiento.