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"La casa de mi padre" muestra el lado más humano del conflicto vasco

EFE

El retorno a un pequeño pueblo vasco después de años de exilio es el punto de partida de "La casa de mi padre", un filme en el que el director Gorka Merchán se adentra, a través de los personajes de Juan José Ballesta, Verónica Echegui, Carmelo Gómez y Emma Suárez, en el lado más humano del conflicto vasco.

La cinta, debut en el largometraje del cineasta donostiarra, narra la historia de la familia Garay, un núcleo resquebrajado donde la ideología política de cada uno de sus miembros se convierte en el motor de un odio en apariencia irreconciliable.

"Estuve cinco años hablando con políticos, personas afectadas y en general con gente que me pudiera hablar en primera persona sobre el problema vasco", ha señalado hoy Merchán, para quien "La casa de mi padre" -que llega este viernes a los cines- es principalmente "una historia de amor".

De amor a la tierra, a las raíces y a la familia, convirtiéndose éste último en el motivo que hace a Txomin Garay (Carmelo Gómez) regresar al País Vasco. Su hermano, enfermo terminal y abertzale arrepentido, le deja un encargo a Txomin: evitar que su hijo Gaizka (Juan José Ballesta) continúe por el camino proetarra cuando él muera.

Para Txomin, realizar este favor no será fácil. Y es que a ojos de su sobrino, Txomin se convirtió en un cobarde cuando decidió abandonar el País Vasco por las amenazas de muerte.

"La película no se posiciona, habla de las personas, tanto de un lado como de otro, y es que hay unas sensibilidades que no se pueden ignorar", explica el director, que entiende que "hasta que no aprendamos a vernos unos a otros, el problema no se va a solucionar".

Carmelo Gómez, que ya había abordado este tema en la película "Días contados", de Imanol Uribe, comenta que el film refleja "una sociedad idéntica a todas las demás, sólo que con un conflicto de raíces más profundas".

Una sociedad que tiene su reflejo en la casa de los Garay, un espacio en el que ideologías contrarias, que se agreden mutuamente, deben aprender a convivir y a no sentirse "con más derechos que el otro", apunta Merchán, que actualmente se encuentra preparando el rodaje de "La casa del enigma", un trabajo sobre la obra del pintor Eduardo Chillida Belzunce.

Sonsoles Rodríguez

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