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"Catalunya no exige privilegios, sólo que se cumpla una ley"

Miquel Iceta. Viceprimer secretario del PSC. Considera que el nombramiento de Manuel Chaves es una oportunidad para resolver la agenda territorial

DAVID MIRÓ / FERRAN CASAS

Hace justo una semana que Iceta avisaba con semblante serio que de la financiación autonómica dependían la estabilidad de los gobiernos español y catalán. Una semana más tarde, el panorama es radicalmente distinto. La visita de Manuel Chaves el martes y la reunión entre Salgado y Castells el jueves han cambiado las tornas políticas. A Iceta le cuesta esconder su optimismo.

¿Qué balance hacen de estos últimos contactos?

Hemos constatado un punto de inflexión, el reconocimiento de que había muchos temas bloqueados y que ahora se abre un tiempo nuevo. Nuestra reivindicación, vieja, de tener un interlocutor político para el desarrollo autonómico con el Gobierno era imprescindible. Y Chaves responde perfectamente a ese perfil. Ahora hay que ver si la hoja de ruta que marcó se cumple y empieza a dar frutos.

¿Las relaciones con el Gobierno central no han sido fáciles estos últimos meses?

Es evidente. Las explicaciones pueden ser muchas, entre otras el calendario electoral. Pero ha habido dos años que no se han aprovechado lo suficiente y hay que recuperar un tiempo perdido. Y ahora es el propio Gobierno de España el que lo reconoce.

¿A qué atribuyen el giro?

Yo creo que no hay un giro. Zapatero es el presidente del Estatut, con Maragall y Artur Mas. Es cierto que en algunos temas vamos demasiado lentos y se ha producido un incumplimiento en financiación. En ese sentido Chaves señaló tres cosas importantes: el plazo de mayo, más dinero, y la admisión de que no es lógico que Catalunya quede por debajo de la media en recursos.

Pero la ministra Salgado corrigió a Chaves y dio por buena la cifra de Solbes.

Pero eso fue antes de reunirse con el conseller Castells. Se ha desbloqueado la negociación y se sigue trabajando en busca de un acuerdo satisfactorio en el modelo y en la cifra.

El nombramiento de Chaves provocó suspicacias en Catalunya. ¿Consideran ahora que su autoridad moral les puede beneficiar?

Seguro que sí. Es la persona más adecuada para defender las demandas catalanas ante el resto de España. Y no lo digo yo, lo ha dicho hasta el conseller Josep Huguet, de ERC.

¿Zapatero se ha tenido que ver acorralado en el Congreso y por debajo del PP en las encuestas para satisfacer a Catalunya?

Pensar que la coyuntura no afecta a las decisiones sería absurdo. Pero nosotros nunca hemos puesto en duda que se llegará a un buen acuerdo. Lo que sí hemos señalado son los riesgos de que no llegara.

Desde Madrid se ha interpretado que ustedes amenazaban.

Pero ¿alguien puede pensar que puede haber un acuerdo que no cumpla con el Estatut? Ningún presidente autonómico diría que no le importa que no se cumpla su Estatuto. A Montilla se le pueden pedir muchas cosas, pero no que incumpla la ley.

Pero el Estatut tiene múltiples lecturas.

Sí, y tenemos la prueba de ello en CiU, que de vez en cuando da una cifra diferente sobre los recursos que debería obtener Catalunya para cumplir el Estatut. Y ya ha dado diez.

¿Al margen de cómo acabe todo, los roces entre el PSC y el PSOE han dejado poso?

Aquí se ha producido algo para lo que nunca habíamos estado preparados, y es que la relación entre el PSC y el PSOE, con los dos partidos gobernando, es bastante diferente que cuando eso no pasa. Nosotros no vamos por la vida amenazando pero, por lealtad al proyecto, nos hemos visto obligados a decir que no querer cumplir el Estatut es una línea infranqueable.

En Madrid escoció aquello que dijo Montilla: 'Te queremos, José Luis; pero más a Catalunya'.

Sí, pero yo no me imagino a Griñán diciendo: 'Queremos a Andalucía, pero a ti todavía te queremos más'...

Quizá pensaron que con la aprobación del Estatut ya había bastante.

Pues es un error. Nosotros tenemos unas obligaciones contraídas con el electorado y hay cosas que no podemos aceptar, y estoy convencido de que el PSOE tampoco está dispuesto a no cumplir el Estatut, pero quizás no ha sido plenamente consciente de la dificultad de muchas de las reformas que plantea. A veces se ha sido ingenuo con los plazos, como con el traspaso de Cercanías, que es de una complejidad enorme.

¿Está convencido el PSOE de que les conviene que el PSC gobierne en Catalunya?

En el límite el catalanismo se divide en dos grandes orientaciones: una pretende la profundización del autogobierno y la transformación de España; otra, la separación. Nosotros somos de la primera, y pocos partidos catalanes lo son.

Desde Madrid les acusan de haber abrazado las tesis nacionalistas.

Yo soy de los que cree que la unidad de España se garantiza mejor desde el reconocimiento de las diferencias y el autogobierno. Siempre he dicho que España está mejor dibujada en su escudo que en su bandera. En el escudo están todos representados.

¿Cuál es su receta para combatir la desafección a España?

Desarrollo del Estatut y seguir transformado a España en un sentido federal: un Senado federal y un mayor reconocimiento de su pluralidad lingüística y cultural.

¿El pacto del PSE con el PP va en esa dirección?

No tiene mucho que ver pero le diré que hoy el PNV está fuera del Gobierno por haber optado por una vía de enfrentamiento y ruptura con el Estado. El PNV está pagando el grave error político de Lizarra, de su intento de marginar a los socialistas de la política vasca.

El dirigente del PSE Jesús Eguiguren dijo en Público que no darían la lata al Gobierno como ustedes.

Son unas declaraciones muy desafortunadas. Parece mentira que se hable así desde una comunidad que tiene el privilegio de gozar del concierto económico. Catalunya no da la lata, no está exigiendo privilegios como los que tiene el País Vasco, sólo exige que se cumpla una ley.

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