Este artículo se publicó hace 15 años.
Catalunya resiste la presión del lobby taurino
El Parlament aprueba debatir la abolición de las corridas en una tensa sesión con voto secreto
El Parlament de Catalunya aprobó ayer la tramitación de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP), promovida por la Plataforma Prou, para prohibir las corridas de toros. La votación, secreta, fue muy ajustada. A los 59 votos contra la tramitación se les opusieron 67 en favor del debate y cinco abstenciones. La prohibición definitiva de las corridas en la comunidad autónoma se podría resolver en mayo.
"Soy del Barça. Me gusta Loquillo, Sau, los castells y los toros", afirmó el socialista David Pérez, en un intento por demostrar que la catalanidad no tiene un sólo formato. Risas de los diputados. "¿Puedo?, ¿Puedo?, ¡vale!", espetó Pérez a la cámara, y siguió con el discurso. Antes de él, Anna Mulà, promotora de la ILP, afirmó tajante que la iniciativa tenía que ver con los derechos de los animales, no con el debate Catalunya-España.
Ni caso. Tanto el PSC, que dio libertad de voto a sus parlamentarios, como el PP y Ciutadans, que votaron por tumbar la ILP, pusieron el acento en la cuestión identitaria. "El debate no es animalista", afirmó Pérez. "No estamos aquí para defender la fiesta de los toros, sino la libertad", dijo Albert Rivera, de Ciutadans. La palabra libertad era el ritornello de los detractores de la iniciativa. "El debate del siglo XXI será cómo respetar las ideas de los otros", dijo Rivera, que confesó que no le gustan las corridas. "Probablemente nunca llevaré a mis hijos" a ver una, dijo.
El nerviosismo de los taurinos era palpable y, aunque querían mostrarse esperanzados, sospechaban que las cosas no serían fáciles. Y no lo fueron. Para los promotores de la ILP ganar la votación de ayer era el primer paso hacia el éxito. Para los taurinos, el principio de la cuenta atrás. "¡Cómo nos tenemos que ver! Que tengamos que llegar a este extremo es la hostia. Después de toda una vida...", le decía uno de ellos, mayor, a un chico joven. Ambos estaban en primera fila. Atentos.
CiU, que como el PSC dio libertad de voto a sus diputados, navegó entre dos aguas y no se mojó, aunque rechazó el sesgo identitario del debate. Pero, mientras la mayoría de socialistas rechazó la ILP, la gran parte de los nacionalistas la apoyó. CiU quiso tranquilizar a los votantes del sur de Tarragona, aficionados a los encierros: lo relevante es "si hay muerte o no y los encierros no persiguen la muerte del animal", afirmó el nacionalista Josep Rull.
Cuestión de torturaTanto ERC como ICV votaron en bloque a favor de la ILP. Ambos grupos admitieron que los toros pertenecen a la tradición catalana y negaron que el debate tuviera que ver con la catalanidad. Tanto para ecosocialistas como para independentistas, "la tortura" no se justifica en nombre de la tradición, catalana o no. Las corridas de toros "son un espectáculo virulento y cruel, una auténtica tortura", afirmó Joan Puigcercós, de ERC. Resuellos entre el público taurino.
"Tony Blair prohibió la caza del zorro con 10.000 casacas rojas manifestándose delante del Parlamento británico e Inglaterra no se rompió", añadió. Quejas sofocadas; indignación entre los defensores de la Fiesta, que se marcharon rápido del Parlament tras su derrota. "Han ido a preparar la munición", explicó entre risas Eric Gallego, de la Plataforma Prou. Antes había habido lágrimas. De pura alegría.
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