Este artículo se publicó hace 14 años.
Cauto optimismo en el segundo día sin petróleo en el Golfo de México
La Casa Blanca y BP expresaron hoy un cauto optimismo en el segundo día sin petróleo en el Golfo de México en medio de señales de que el último artefacto instalado sobre el pozo que escupía crudo al mar funciona según lo previsto.
BP selló ayer el pozo mediante un obturador instalado sobre el sistema de prevención de explosiones (BOP), un complejo sistema de válvulas que debería de haber cerrado el vertido cuando estalló la plataforma operada por la firma el 20 de abril.
Kent Wells, vicepresidente de BP, dijo hoy en rueda de prensa telefónica que la presión dentro del pozo aumenta progresivamente según lo esperado, aunque precisó que son necesarios análisis adicionales.
La presión alta es una buena noticia, al ser un indicio de que el pozo está en buen estado.
Wells señaló que una de las principales preocupaciones es la posible presencia de fugas en la tubería en el lecho marino, aunque mencionó que las lecturas de presión obtenidas tras el cierre de las válvulas son positivas.
Las pruebas que se llevan a cabo podrían prolongarse por espacio de unas 48 horas, un plazo que arrancó a las 19.25 GMT del jueves, cuando dejó de fluir el crudo.
El directivo explicó que el hecho de que la presión aumente dentro de la campana colocada sobre el obturador es una señal de que el petróleo no está manando por otro lado.
"La presión que vemos es consistente con los análisis de ingeniería de BP", indicó Wells, quien señaló que se trata de un incremento "muy estable".
Una vez concluidas las pruebas de presión, BP y el Gobierno tendrían la opción de dejar el pozo cerrado a la espera de que concluya la construcción de uno alternativo que se perfila como la solución definitiva al desastre ecológico en el Golfo.
Aun así, la alternativa que se vislumbra como más probable, a juzgar por las declaraciones el jueves del almirante de la Guardia Costera, Thad Allen, es la de abrir el obturador y permitir que el crudo fluya a la campana.
El artefacto tiene capacidad para albergar hasta 80.000 barriles de crudo, que se trasladarían a varios barcos en la superficie mediante tuberías.
Según las últimas estimaciones oficiales, el pozo ha estado escupiendo petróleo al mar a un ritmo de entre 35.000 y 60.000 barriles diarios.
BP y el Gobierno podrían volver a activar el sistema de sellado en caso de un huracán que obligue al desplazamiento de los barcos contenedores en la superficie, lo que evitaría que el carburante fluya libremente al mar en caso de tormentas.
"La nueva campana es una buena noticia, ya que o bien detendremos el flujo o capturaremos todo el petróleo hasta que se acabe el pozo alternativo", dijo hoy el presidente de EE.UU., Barack Obama, durante una breves declaraciones en la Rosaleda de la Casa Blanca.
Aun así, aconsejó no lanzar las campanas al vuelo al alertar de que el problema no se habrá resuelto hasta que no se materialice "la solución definitiva", es decir, el pozo alternativo.
"Avanzamos en esa dirección pero no quiero que nos precipitemos", alertó el inquilino de la Casa Blanca.
Obama adelantó que las tareas de perforación del nuevo pozo "van ligeramente por delante de lo previsto", aunque advirtió que "no se trata sólo de hacer el agujero" sino también de instalar las piezas para que el ingenio pueda entrar en funcionamiento "y eso es delicado".
Bobby Jindal, gobernador de Luisiana, uno de los cuatro estados afectados por el derrame, junto con Florida, Misisipi y Alabama, aseguró en un comunicado ser "cautamente optimista" ante los últimos avances.
Por lo demás, Obama recordó hoy que aunque el último intento de BP tenga éxito quedan por delante todas las tareas de limpieza, un trabajo que describió como "ingente" y que podría prolongarse durante años.
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